Brasil coge el vuelo

En Brasil se respira optimismo por la buena marcha de su economía. En su programa periódico emitido la semana pasada por radio, el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmaba que el país creció por encima del 5% en 2007, un porcentaje que fue confirmado por las previsiones del Banco Central de Brasil, que elevó esta cifra hasta el 5,2%. Si se ratifica este dato, el país estaría ante su segundo mejor desempeño económico de la década y superaría largamente el 3,7% registrado durante el año anterior.

Los últimos datos oficiales del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) indican que el producto interior bruto (PIB) de Brasil aumentó el 5,7% en el tercer trimestre del año respecto al mismo periodo de 2006. En comparación con el segundo trimestre del año, el crecimiento fue del 1,7% y en los 12 meses concluidos en septiembre la expansión fue del 5,3%. Cifras que llaman al optimismo y que en esta oportunidad se deben al buen desempeño del sector agropecuario.

Los dos mayores problemas de Brasil siguen siendo el desempleo y la pobreza, aunque ambos vienen registrando una evolución positiva

La economía brasileña se ve beneficiada por la fuerte revalorización del real frente al dólar y por la creciente industrialización del país

Comercio exterior

No obstante, buena parte de la bonanza brasileña se debe al buen comportamiento del comercio exterior. Las exportaciones brasileñas crecieron el 16,6% en 2007, si se comparan con los 137.807 millones de dólares facturados en 2006. En tanto, las importaciones crecieron casi más del doble, con un 32%, comparado con los 91.351 millones de dólares del año anterior. En este último punto, la economía brasileña se ve beneficiada por la fuerte revalorización del real frente al dólar (17% sólo durante 2007) y por la creciente industrialización del país.

Estos buenos datos incluso han permitido mantener controlada la inflación. Las últimas previsiones indican que ésta debería cerrar el año en un 4,4%, un dato que a pesar de superar el 3,1% registrado el año pasado, sigue siendo uno de los más bajos de los últimos 10 años. De esta manera, comienzan a surtir efecto los esfuerzos por reducir la tasa de referencia Selic (interés en Brasil), desde el 18% en 2005 hasta el 12% actual. Incluso los sondeos del Banco Central revelan que los tipos locales podrían cerrar 2008 en torno al 10%.

La buena marcha de Brasil coincide con la puesta en marcha del PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento) durante enero del año pasado. El objetivo de este plan es mantener un crecimiento sostenido por encima del 5% hasta el año 2010, todo ello acompañado de una millonaria inversión pública y privada por valor de unos 180.000 millones de euros, aumento de la competitividad en sectores estratégicos, perfeccionamiento de la estructura tributaria y la generación de unos dos millones de empleos formales.

Paro y pobreza

Y es que, en definitiva, los dos mayores problemas económicos de Brasil son el desempleo y la pobreza. El último dato disponible indica que la tasa de paro en noviembre fue del 8,2% de la población económicamente activa, su menor nivel desde que el indicador comenzó a ser medido con estándares más rigurosos, en marzo de 2002. Durante el año 2006, este indicador cerró en el 10%, una cifra que no se ha podido reducir desde el año 2001.

En cuanto a la pobreza, en 2006 disminuyó en seis millones de personas. No obstante, todavía son 36,2 millones los brasileños que viven con un máximo de 65 dólares al mes. En cualquier caso, en estos últimos años se han observado progresos: el porcentaje de ciudadanos que vivía en extrema pobreza en 2006 era del 19,31%, frente al 35,31% de 1993. En cuanto a los indigentes -población que no tiene hogar y que prácticamente no tiene ingresos-, este dato bajó al 5,7% de los brasileños en 2006.