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Reportaje:La seguridad vial, a examen

Una intersección cada 100 metros

Recorrido por los 20 kilómetros más peligrosos de España

La N-340 entre Albatera (Alicante) y El Siscar (Murcia) exige máxima concentración al volante para salir indemne a su recorrido. Lo recomendable es ni parpadear. Los angostos 20 kilómetros de ese tramo de la red viaria nacional están jalonados por más de 200 intersecciones (accesos y salidas a los centenares de fábricas y viviendas que flanquean el recorrido) apenas regulados por dos glorietas. Esta peculiar característica y la densidad del tráfico (más de 5.000 vehículos, pesados y turismos al día) han convertido a la vía, por tercer año sucesivo, en la más peligrosa del España, según el informe de las asociaciones RACE y RACC.

El riesgo de circular por ese tramo no escapa a los vecinos y usuarios. "Hay que hacer más rotondas o una circunvalación", señalaba ayer el empresario Alberto Aguilera. "Es un peligro para los niños. Vivimos con el corazón en un puño", terciaba Mónica (27 años), empleada de un supermercado.

Este peligroso tramo de la N-340 comienza tras una curva a la salida del casco urbano de Albatera. Apenas 1.000 metros más adelante, se ubica la primera gran intersección de riesgo, la entrada y salida a un polígono industrial. Dos kilómetros más adelante, el conductor se topa con el tráfico de los accesos a la autovía Alicante-Murcia. Sin tiempo para el respiro, y siempre sin quitar ojo al retrovisor (cada 50 metros hay una entrada a una casa o fábrica), el conductor afronta la travesía de la pedanía oriolana de San Carlos, en este caso regulada por semáforos. Los atascos en ese punto son kilómetricos, sobre todo a primeras horas de la mañana y de la tarde. Superado el núcleo de San Carlos, aparece una larga recta de otros dos kilómetros, también plagados de cruces menores y otra gran intersección sin semáforos ni glorietas (los accesos al polígono industrial de Orihuela y las pedanías de Benferri y La Murada). Este punto acumula la mayoría de los siniestros mortales. Los ramos de flores sobre los troncos de los árboles en recuerdo de las víctimas delatan la siniestralidad. Desde el polígono industrial de Orihuela, la N-340 sigue bordeando el casco urbano por su cara noroeste hasta llegar a la pedanía de Reiguero de Bonanza. Desde aquí y hasta la pedanía de La Aparecida, la carretera se hace más estrecha y sinuosa (14 curvas en tres kilómetros). El conductor dice adiós a la pesadilla superado el casco urbano de El Siscar.

Los vecinos de los núcleos de población ubicados a la vera de la carretera y los empresarios y trabajadores de los polígonos industriales resaltaron ayer la ausencia de inversiones para mejorar las condiciones del tráfico. "En los últimos diez años no recuerdo ninguna obra, salvo la glorieta de Orihuela", señaló el empresario Alberto Aguilera.

Falta de inversión

El dato fue corregido al alza por la subdelegada del Gobierno en Alicante, Encarna Llinares. "En 2005 se inauguró una glorieta, y una segunda en este año", dijo. La subdelegada completó el listado de mejoras con el reasfaltado de un tramo en el año 2000 y la renovación de la señalización.

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"Es un tramo peligroso por la densidad de tráfico y numerosos cruces, pero el Estado sí invierte", aseguró. La subdelegada resaltó la tendencia a la baja de la siniestralidad en la vía: 73 accidentes y dos muertos en 2004; 66 siniestros y cinco víctimas mortales en 2005; 62 accidentes y dos muertes en 2006; y 51 accidentes y una víctima en lo que va de 2007.

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