El principio del fin de 'Los Soprano'

El principio del fin se inicia con un guiño y una frase premonitoria. "¿Es éste el final?", se pregunta Carmela Soprano (Edie Falco) en el primer episodio de la sexta y última temporada de Los Soprano, que esta noche estrena Canal + (21.30). Esta serie de culto acompañó a los estadounidenses durante 10 años de vida, 77 horas en antena y 86 episodios de tramas truculentas en los suburbios de Nueva Jersey. Cuando el telón estaba a punto de caer en EE UU en junio pasado, Vanity Fair calificó la ficción como "lo mejor de la cultura pop del momento". Para Hollywood Reporter, sencillamente, era el final de "una leyenda viviente".

Señores: Los Soprano llega a su fin. Disfruten mientras puedan de sus crisis, sus crímenes y su ambigüedad moral. Y de que "los gordos también hacen el amor", como dice el propio James Gandolfini de su papel de Tony Soprano. Y su final no dejará indiferente a nadie. Habrá quien vea en él una obra maestra. Habrá quien se haga ilusiones y piense que la serie que ha dejado una huella imborrable en la producción televisiva tendrá una séptima temporada. Y habrá quien se quede boquiabierto frente a la pantalla y sólo acierte a decir: ¿¡Qué!?, ¿cómo?. De hecho, el polémico final de la serie ocupó las portadas de las publicaciones en todo el país durante los días siguientes.

Ayer comenzó la selección del jurado en el juicio contra su creador, David Chase

David Chase, cerebro de Los Soprano, lo tenía claro: no le gustan las cosas obvias. Y desde luego se ajustó a su regla. Los 12 millones de espectadores estadounidenses que se pegaron a la televisión el pasado 10 de junio no estaban preparados para el final que les esperaba... Ustedes pueden ir preparándose. Desde hoy hasta el inevitable final, Tony Soprano, quien cumple 47 años en este primer episodio, es un jefe de la mafia más pesado y más lento, quizá también más sabio, que sufrirá un intento de asesinato, al estilo de El Padrino. También habrá un funeral. Se criticará la "guerra contra el terrorismo" del presidente de Estados Unidos, George Bush. Alguien intentará llevar a Tony a los tribunales. Y éste seguirá comiendo aros de cebolla... Mucha acción y mucha reflexión sobre lo que ha sido esta serie y sobre el sueño americano en general.

Los Soprano ya ha pasado a la historia. Quizá porque el género de gánsteres tiene una larga tradición estadounidense. O quizá porque la serie cuya popularidad superó a su audiencia muestra cómo temibles mafiosos acuden al psiquiatra, cómo los miembros de la Cosa Nostra se pelean con sus adolescentes hijos o... cómo salen del armario.

Y como la realidad siempre supera a la ficción, ayer comenzó la selección del jurado en el juicio contra David Chase, creador de Los Soprano, a quien el ex juez de New Jersey Robert Baer le reclama parte de sus beneficios por su colaboración en la serie, según informa Bárbara Celis desde Nueva York.

Baer denunció a Chase en 2002 alegando que sin él nunca habría nacido la celebrada familia mafiosa. Según su denuncia, en 1995, Baer, que entonces trabajaba como juez en Nueva Jersey, le sugirió a Chase que escribiera una serie sobre la mafia de ese lado del río Hudson, le llevó a conocer las áreas de mafiosos de la zona y le concertó entrevistas con la policía local.

En dos ocasiones, la denuncia fue desestimada por dos tribunales federales, pero un tercero la acaba de aceptar, por lo que Chase se verá obligado a sentarse en el banquillo, algo por lo que ni sus propios personajes han tenido que pasar. Para Chase, las reclamaciones del ex juez son "petulantes, distorsionadas y autoengrandecidas", puesto que Baer sólo realizó "servicios sencillos", como el presentarle gente que conocía a la mafia local.