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6.200 discapacitados vascos se ganan la vida a diario en centros especializados

Lantegi Batuak, Gureak e Indesa compiten en el mercado laboral

Jardineros, personal de limpieza, gasolineros, operarios de talleres de mecanizados, digitalizadores,... Cada día 6.200 vascos salen de sus casas para trabajar en los Centros de Empleo Especial de Euskadi. Jornadas completas en la fabricación de productos y en la prestación de servicios que compiten en pie de igualdad en el mercado.

Son fundamentalmente trabajadores que sufren alguna discapacidad intelectual. Hace 30 años era casi impensable que este colectivo estuviera integrado dentro del sistema productivo. En Euskadi hay 52.000 discapacitados en edad laboral, un 12,6% trabajan en los talleres de Lantegi Batuak en Vizcaya, Gureak en Guipúzcoa e Indesa en Álava.

"Recuerdo cuando ibas de un lado a otro y ahora eres el que manda. Nos conocemos demasiado bien", le dice con cierta sorna un trabajador del taller de Loiu de Lantegi Batuak a Txema Franco, director y responsable de este proyecto privado, auspiciado por la Fundación Gorabide, que agrupa a los padres y familiares. Juanjo lleva 27 años en Gureak y es uno de los rostros que acompañan el treinta aniversario de este grupo empresarial auspiciado por Atzegi, la asociación de familiares, y por la Kutxa. Juanjo si no trabajase se "aburriría" y hacerlo le permite ver a diario a su novia, Marta.

Los primeros talleres se crearon en los años setenta siempre apoyados en las asociaciones de padres. Todo el trabajo se puede resumir perfectamente en una frase que se repite en todos: "Miramos las capacidades". Todos saben y pueden hacer algo. Los talleres cuentan ya con jubilados, con quienes han pedido retrasar la edad de retiro y con quienes empiezan. "Se trata de buscar las capacidades que las personas puedan desempeñar", señala Miguel Ángel Larrea de Indesa, la única de las tres que cuenta con capital público, de la Diputación de Álava.

El trabajo da libertad y autonomía. La media salarial ronda los 10.000 o 12.000 euros al año por trabajador. Cada año estas empresas, sin ánimo de lucro, deben negociar sus convenios colectivos con los delegados sindicales de los talleres. El límite está en la rentabilidad. Generar excedentes y reinvertirlos. "Estamos en un sector duro, el de subcontratación, pero, pero hay que hacer el proyecto sostenible para el futuro", señala Franco. Iñaki Alkorta, al frente de Gureak, apunta que el reto son los servicios. Aproximadamente el 82% de las ayudas que reciben de las instituciones revierten a las mismas instituciones en impuestos y cotizaciones. Las tasas de autofinanciación rondan el 82% y los productos tienen que ser competitivos.

Trabajar en estos centros es fácil, aunque muchas veces requiere formación previa. Todos se han abierto a otros tipos de discapacidades, aunque la mayoritaria sigue siendo la intelectual. Gureak tiene lista de espera de hasta seis meses, Lantegi ofrece empleo casi automático y a Indesa le falta personal."¿Quién podía imaginar esta realidad en los primeros ochenta con aquellas tasas de paro e inflación? Nos tomaban por locos", señala Alkorta.

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Las empresas

- Vizcaya. Lantegi Batuak nació en 1972 por impulso de los padres de discapacitados intelectuales. Cuenta con 18 centros y nueve brigadas de servicios. Emplea a 1.996 discapacitados.

- Guipúzcoa. Gureak nació hace 30 años también por el impulso de los padres. Cuenta 12 empresas para 3.700 personas, el 90% tienen una discapacidad..

- Álava. Indesa es parte de Instituto de Bienestar Social. Nació en los ochenta por presión de las familias. Emplea a 574 personas.

Envejecer y perder la jubilación

"Hace treinta años no podíamos hablar de jubilación porque no existía personal discapacitado mental que hubiera trabajado. El problema nos lo encontramos ahora", señala Miguel Ángel Larrea de Indesa. Los discapacitados intelectuales se han hecho mayores y su envejecimiento es más rápido que el del resto de la población. "A los 45 años empiezan a envejecer", señala Txema Franco, director de Lantegi Batuak. El mayor grupo de trabajadores de las Centros Especiales de Empleo vascos se encuentra precisamente en esta franja de edad.

"Cuando su capacidad de trabajo se reduce mucho pasan a centros de día y dejan de cotizar, pero no es lo deseable", apunta Iñaki Alkorta de Gureak. En Indesa pasan a otros servicios del Instituto de Bienestar Social de la Diputación y en Lantegi Batual y Gureak a otros centros, como el que promueve la BBK enfocado precisamente a este problema, o a sus casas.

La Ley sólo permite la jubilación anticipada a los que tienen una discapacidad superior al 65%, que son la menor parte de los que trabajan. Las asociaciones trabajan para impulsar un cambio legislativo para que se trate a este colectivo como a otros que tienen estas ventajas, como los mineros. Muchos trabajadores deben abandonar su puesto, lo que les suponen en ocasiones la pérdida de su pensión, por no haber cotizado suficiente, o la reducción de la misma. Lantegi Batuak ha puesto en marcha una EPSV para tratar de amortiguarlo. Con este problema como desafío y preocupación a corto plazo, las empresas se ocupan también de colocar a discapacitados en empresas comunes bajo su supervisión. Gureak cuanta con 164 personas y Lantegi Batuak con 100. E Álava hay cerca de 77 bajo control de Bienestar Social.

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