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Reportaje:

Picasso arrepentido

Girona acoge la primera muestra en Cataluña de la 'Caja de remordimientos' del artista

Los fantasmas de Picasso, sus múltiples mujeres, fantasías sexuales y batallas artísticas se guardan en una caja de nombre sugerente. Se trata de la Caja de remordimientos (Càisse a remords), un conjunto de 45 grabados, aguafuertes, puntas secas y barnices blandos que el artista realizó entre 1919 y 1955.

La muestra, que podrá verse por primera vez en Cataluña, después de pasar por diferentes ciudades españolas, refleja todas las etapas creativas del pintor y está considerada su obra más personal, plagada de estampas insólitas. Los grabados muestran escenas de la vida personal de Picasso que permiten descubrir facetas poco conocidas, como su relación con sus hijos, a los que dibuja entretenidos con sus juguetes navideños. Por la exposición también desfilan otros temas, minotauros y toreros, maternidades y caprichos o mujeres despechadas, como retrató el autor a Dora Maar o a Marie-Thérèse Walter.

Por qué el pintor bautizó el conjunto con tanta pesadumbre es un misterio para los expertos. ¿Estaba arrepentido de algunos aspectos de su vida que reflejan los grabados o de la factura técnica de los mismos? La historia de la caja comienza a finales de 1960, durante una mudanza del pintor de Cannes a Mougins. Picasso encuentra un centenar de planchas de cobre y zinc, y las hace imprimir para comprobar su validez. De la serie, firmó sólo unos cuantos y el resto quedó guardado en una caja que no se abrió hasta después de su muerte. Según explicó Juan Carrete, comisario de la exposición, la negativa a firmar las obras fue "una venganza de Picasso ante la presión al que lo sometían sus editores para comercializarlos".

Él no los quiso editar nunca y se limitó a acumularlos en la caja. Hoy en día representan su diario íntimo visual, el dietario que el artista no escribió. La muestra llega a Girona de la mano de Bancaja, la entidad privada con más obra gráfica de Picasso. Además de Caja de remordimientos, el banco es propietario de otros grabados del padre del cubismo, como la Suite Vollard, la Suite 156 o la Suite 347, y las series Fumadores y Retratos de familia.

La exposición podrá verse en la Casa de Cultura de Girona hasta el próximo 20 de diciembre.

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