Ganar y disfrutar

Turismo y trabajo. Placer y obligación. El Villarreal estuvo tres días en la bella Praga para disputar un partido europeo ante un conjunto de baja alcurnia. Le ganó con autoridad y sin alardes. En un ejercicio de solvencia, ofreció una sencilla lección al Mlada Boleslav: no por mucho correr, saltar y chocar se está más cerca de los objetivos. La velocidad mental y el balón al pie aumentan la efectividad. Y resulta más bella.

Abstraerse y motivarse. Entre las diversas variantes que influyen en el fútbol está el factor psicológico. A los jugadores se les requiere fortaleza mental. Para no temblar en ambientes hostiles, para no detenerse a pensar que son objetos de decenas de miles de miradas, para no esconderse en los grandes momentos y escenarios. O, por el contrario, para no caer en la apatía cuando hay que jugar en teatros de segunda fila ante rivales de escasa entidad. Con la segunda cuestión le tocó alternar anoche al Villarreal. Ante un desconocido checo.

Al Villarreal actual le da igual la identidad del adversario por un argumento simple. Todos sus futbolistas se sienten importantes en mayor o menor medida. Son partícipes de manera proporcional del éxito y el fracaso. Forman un grupo. Se divierten en los entrenamientos y disfrutan compitiendo. Saben jugar y lo demuestran. Como Nihat, que tras dos infaustas lesiones, ha recuperado la forma y la puntería. El turco adelantó al Villarreal tras ser asistido por Matías Fernández. Nihat sale a gol por partido. Suma tres en la Copa de la UEFA y cuatro en la Liga.

Apenas media hora le duró al Villarreal asaltar al conjunto checo. Para no dejar lugar a dudas y esperanzas infundadas, Cazorla dobló la ventaja amarilla tras otro pase de Matías Fernández. Al ingenuo cuadro checo no le quedó más remedio que claudicar aunque al final acertó con la red.