"Vitoria destaca por su vocación de servir al ciudadano"
Javier Otaola (Bilbao, 1956), lleva más de 25 años viviendo en Vitoria, ciudad que se conoce al dedillo y por la que se preocupa con pasión. Así lo refleja el que pleno municipal le reeligiese ayer por unanimidad como Síndico (defensor del vecino) de la capital alavesa.
Otaola, ex maestre masón y abogado del Gobierno vasco en excedencia, se mantiene, de momento, como el único defensor del ciudadano en todo el ámbito municipal vasco. El síndico lo explica por la "seguridad que Vitoria tiene en sí misma, un municipio caracterizado por su vocación de servicio a las personas".
Pregunta. ¿Cómo ha recibido su reelección al cargo de síndico de Vitoria?
Respuesta. Como he dicho en el discurso [en el pleno], con humildad y agradecimiento, aunque también asumo que supone la confirmación y el reconocimiento del trabajo hecho, sin olvidar la ilusión que implica el que uno se sienta útil para la ciudadanía.
"El conflicto más grave con el Ayuntamiento ha sido por los chalés"
P. Su renovación se ha tomado por unanimidad en el pleno del Ayuntamiento, una circunstancia casi inaudita en las instituciones vascas.
R. Creo que ese apoyo unánime se debe a que en el ámbito local es más fácil el consenso porque se tratan asuntos que afectan a la vida cotidiana, lejos de las guerras simbólicas que marcan la política general. Nuestra identidad es más que nada ciudadana.
P. En España, el número de síndicos supera los 50. En el País Vasco sólo está usted.
R. La figura del síndico obliga a que la entidad local se encuentre segura de sí misma, que mantenga una clara vocación de servicio, como es el caso de Vitoria. No es por presumir, pero nuestra ciudad tiene ese sello, una administración que ofrece derechos a sus ciudadanos.
P. ¿Se han interesado por su trabajo otros ayuntamientos de la comunidad autónoma?
R. Hemos mantenido contactos con Bilbao, donde están muy interesados en la creación de una oficina del síndico, pero quizás sea Barakaldo el municipio que mantiene el proceso más avanzado, a falta de llegar a un acuerdo sobre la persona que ocupe el cargo.
P. Usted, sin embargo, llegó con el PP, propuesto por el PSE y se mantiene ahora con el consenso de las distintas fuerzas políticas. ¿Por qué le eligieron?
R. Quizás porque soy el impulsor del foro Ciudad de Vitoria, un lugar de encuentro de distintas sensibilidades en las que se fomenta el debate crítico, siempre desde el respeto. Por allí pasaron los líderes políticos para explicar su idea de ciudad, además de otras personalidades de la ciudad.
P. ¿En estos primeros cinco años, cuál ha sido el conflicto más grave que ha vivido con el Ayuntamiento?
R. El trabajo del síndico es bastante regular, pero sin duda el momento más grave llegó con la denuncia de presuntas irregularidades en el Departamento de Urbanismo, los conocidos casos de las urbanizaciones de chalés en Ibaiondo y Ali. Nos enfrentamos a una decisión comprometida porque teníamos que enjuiciar conductas presuntamente irregulares de responsables de la ciudad. Sin embargo, también ha habido ocasiones en las que hemos respaldado al Ayuntamiento frente a denuncias vecinales, como el caso de las rampas del casco medieval, que en todo momento consideramos necesarias. Era una cuestión básica de defensa de la accesibilidad al barrio.
