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Reportaje:TEATRO

Los indiscutibles

Marcos Ordóñez

Mientras en otros negociados el panorama puede hacer pensar en una jaula de grillos o un castillo de cuento sostenido con alfileres, el teatro catalán en todas sus facetas sigue teniendo una solidez a prueba de bomba. Lo que viene a continuación no es una guía exhaustiva sino un intento de espigar, a vuelapluma, lo indiscutible de tan amplia escena.

Dramaturgos de podio

El teatro catalán sigue teniendo una solidez a prueba de bomba

En lo más alto, Benet i Jornet y Lluïsa Cunillé. Corredores de fondo, expertos en remontar travesías del desierto. El veteranísimo Benet sigue al pie del cañón: tras Salamandra en el TNC, esta temporada plantará su inquietante Soterrani en la Beckett. Cunillé, al fin reconocida gracias al éxito, en Barcelona y Madrid, de Barcelona mapa d'ombras, recién llevada al cine por Ventura Pons, ha arrasado como "residente" en el Lliure (La cantante calva al McDonald's, El dúo de la africana) y tiene a punto de estreno la formidable Après moi le deluge. Completan el palmarés Jordi Galcerán, rey de la comedia negra, tras batir récords aquí, allá y acullá con El método Grönholm, aunque el cetro del autor más internacional lo sigue llevando Sergi Belbel, más aplaudido aquí como director que como dramaturgo, a la espera de su nueva entrega, A la toscana, que se verá en Francfort, en el TNC y en el CDN.

Emergentes consolidados

Póquer de ases de la joven autoría: Pau Miró, con dos joyas: Plou a Barcelona y Somriure d'elefant, y nueva obra al caer: Singapur. Carol López, autora y directora de las burbujeantes V.O.S. y Last Chance. El tentacular Albert Espinosa (actor, guionista, dramaturgo, director), con hits como Los pelones, No me digas que te bese y la reciente Idaho y Utah. El más "nuevo" es Jordi Casanovas, con trilogía a cuestas (City/Sim City, Wolfenstein, Tetris) y bola extra: dramaturgo residente en la Villarroel por tres años.

El director es la estrella

A la cabeza, con teatro (y mundo) propio y creciente proyección internacional, Àlex Rigola (Lliure) y Calixto Bieito (Romea), cada uno con un recientísimo capolavoro, dos adaptaciones presuntamente imposibles: el primero con 2666, de Bolaño, y el segundo con Plataforma, de Houellebecq. En el Lliure ha crecido (¡y cómo!) Carlota Subirós, se han reconsagrado Joan Ollé y Xavier Albertí y ha encontrado sede otro genio internacional, el espléndido Carles Santos. De la nueva generación, destaca la labor del prolífico Oriol Broggi, con triunfos como Antígona y Primera història d'Esther.

Damas del teatroCantera, por lo que se ve, inagotable. Aquí hay actrices para dar y tomar. Por orden de veteranía, la totémica Montserrat Carulla, seguida por las no menos "monstruas" Anna Lizarán y Rosa María Sardá, que escatiman un tanto, al igual que Vicky Peña, su siempre aplaudidísima presencia escénica. Más reinas: Rosa Novell, Àngels Poch, Rosa Renom, Marta Angelat. De la "generación bisagra", Emma Vilarasau, Cristina Cervià, Laura Conejero, Lina Lambert. ¿Seguimos? Roser Camí, Marta Marco, Chantal Aimée, Mónica López, Àngels Bassas, Victòria Pagès. Me dejo a otras treinta, pero sería el listín telefónico.

Por hastío, palos en las ruedas o busca de aires nuevos. Actores, Lady Espert y Sir Flotats, amigos y residentes en Madrid, pero encarnaciones innegables del "teatro catalán". Directores: Mario Gas (afincado en el Español), Lluís Pasqual (here, there and everywhere) y Albert Boadella, que me temo que sólo volverá a BCN para ir a los toros.

ActorazosOtro star system de hierro colado y con más patas que un ciempiés. En lo alto, el enorme José María Pou, que puede con todo y tiene todos los premios imaginables. De la "factoría Romea", otro jefazo, Carles Canut, seguido por Boris Ruiz y Mingo Ràfols. De la compañía del Lliure, los imbatibles Pere Arquillué, Joan Carreras y Andreu Benito. Cabalgando solo, Lluís Homar, Eduard Fernández, Jordi Boixaderas, Francesc Orella, Jordi Bosch, Ramon Madaula, Lluís Marco, Joel Joan, David Selvas, Carles Martínez, Oriol Vila. Dos veteranos de oro: Joan Anguera y Francesc Lucchetti. Y, siempre en rancho aparte, Pavlovski y Rubianes.

Núria Espert, en su adaptación de 'Medea' de 2001.
Núria Espert, en su adaptación de 'Medea' de 2001.

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