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La sanidad española suspende en listas de espera e información al paciente

Un estudio europeo sitúa a España en el puesto 14 de 29 países por la calidad de su sistema - La atención sanitaria sólo es "excelente" si se completa en centros privados

La sanidad española necesita mejorar si quiere codearse con las mejores de Europa. Las listas de espera y la información a los pacientes son los puntos débiles del sistema, según un informe realizado para la UE por la consultora Health Consumer Powerhouse. El trabajo muestra que el sistema sanitario mejora año a año, pero continúa en la parte media de la tabla. Para que sea "excelente" debe completarse con la sanidad privada. En el informe de 2007, que se presentó ayer, ocupaba el puesto 14º de 29 estudiados. En 2006 ocupó el puesto 17º de 26. En 2005, el 8º de 11.

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La consultora -la más potente de Europa en el campo sanitario, relacionada con el prestigioso Instuto Karolinska de Estocolmo- destaca en su nota que, después de tres ensayos, España mejora, pero que si un ciudadano quiere recibir una atención "excelente" todavía debe apoyarse en la sanidad privada. En conjunto, el sistema sanitario obtiene un 624 sobre 1.000, a casi doscientos puntos de Austria (806), que ocupa el primer puesto. El último es para Letonia, con 435 [ver gráfico]. Los autores destacan que ningún país alcanza "la excelencia".

Para hacer esta clasificación, los investigadores han tenido en cuenta 27 parámetros agrupados en cinco familias: derechos e información de los pacientes, tiempo de espera, resultados, generosidad del sistema y prestaciones farmacéuticas. Cada una de ellas tiene distintos apartados, a los que se conceden tres valores: 1 si está mal; 2 si es aprobado y 3 si es bueno.

En resumen, el apartado en el que España obtiene el peor resultado es el que se refiere a los tiempos de espera (no hay ninguna buena nota). En ello coincide con la apreciación de los pacientes en los Barómetros del Sistema Nacional de Salud, que sitúan este aspecto, tanto en la atención primaria como en la especializada como uno de los factores peor valorados. En el único registro que hay en España con estos datos, el de lista de espera quirúrgica, el tiempo medio está en 72 días.

Falta de información

Tampoco sale muy bien parada en el aspecto de información y derechos de los pacientes. De nueve variables estudiadas en este apartado, sólo una -la que se refiere a la posibilidad de acceder a la propia historia clínica- saca buena nota (y ello a pesar de que hay un constante goteo de pacientes que se encuentran con problemas cuando requieren su historia si tienen un contencioso con un médico o un hospital).

También saca una mala nota en lo que se refiere al acceso a las novedades farmacológicas, aunque este dato es más controvertido. Por ejemplo el último medicamento aprobado para la esclerosis múltiple tardó un año en ser aprobado en España después de que lo hiciera la Agencia Europea del Medicamento. En cambio, muchos médicos afirman que esto no es un problema, porque hay sistemas (el llamado uso compasivo o entrar en un ensayo) que permiten obviar esta demora.

"España debe tratar el problema relativo al tiempo de espera, así como el de la falta de información, incrementando la transparencia de la información sobre los hospitales a través de indicadores de calidad. Para lograrlo, sería aconsejable que se inspirase en los ejemplos de Reino Unido y Dinamarca. La información sobre la calidad puede no solamente hacer que aumente la movilidad, sino también hacer que disminuya el tiempo de espera", concluye Arne Björnberg, Director de Investigación del Índice de Consumidores de la Sanidad Europea.

"España tiene un alto índice de infecciones resistentes a los antibióticos. La posibilidad de adquirir cualquier tipo de antibióticos sin receta médica [aunque en teoría no es así y las farmacias sólo deben facilitar el antibiótico si se acude con receta] puede parecer atractiva desde el punto de vista del consumidor, pero la propagación de infecciones mortales es un precio muy alto que se paga por ello", declara Johan Hjertqvist, presidente de Health Consumer Powerhouse, cuando analiza los resultados de España.

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