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Prodi, ante una nueva crisis por la reforma del mercado laboral

Enric González

Romano Prodi se enfrenta a una interminable carrera de obstáculos. El viernes consiguió que el Consejo de Ministros diera luz verde a los presupuestos de 2008, pero en ese mismo momento se abrió otro frente de conflicto: las pensiones y el mercado laboral. El paquete de leyes sobre lo que en Italia llaman welfare tuvo que aplazarse, pese a que ya estaba pactado con los sindicatos. Los cuatro partidos del ala izquierda gubernamental anunciaron su rechazo y exigieron cambios. En el flanco moderado amenazaron, a su vez, con retirar su apoyo si se tocaba una sola letra del proyecto. "Al final nos pondremos de acuerdo, no creo que este asunto rompa la coalición", dijo ayer el primer ministro italiano.

La ley presupuestaria salió adelante gracias a una serie de concesiones económicas hacia ambos sectores. Más dinero para la policía y para los funcionarios, desgravaciones a los alquileres y reducción de impuestos sobre las empresas, la vivienda y los salarios más bajos lograron que unos y otros dieran su asenso. En contrapartida, Prodi tuvo que aplazar hasta 2009 la reducción del gigantesco gasto público, el problema de mayor calado de la economía italiana y causa última de que el crecimiento se sitúe estructuralmente por debajo del de otros países europeos.

El presupuesto estaba vinculado a la reforma del welfare. Pero Refundación Comunista, Comunistas Italianos, Izquierda Democrática y Verdes se plantaron y se negaron a aceptarla. La parte referida a las pensiones suaviza y alarga en el tiempo la reforma efectuada por Silvio Berlusconi: si se aprueba el proyecto de Prodi, la edad mínima de jubilación será de 58 años a partir de 2008 (con al menos 35 años de cotización); de 59 años a partir de 2009; de 60 a partir de 2011 y de 61 a partir de 2013. Ese apartado no plantea excesivos problemas.

Precariedad en el trabajo

Las tensiones se concentran en el mercado laboral. La izquierda radical exige la práctica abolición de la llamada ley Biagi de 2003, por considerar que consagra la precariedad en el trabajo. Las concesiones efectuadas por Prodi (un máximo de 36 meses para los contratos temporales, incremento desde seis a ocho meses en el plazo de percepción del seguro de desempleo) son consideradas absolutamente insuficientes por el flanco izquierdo. En el ala moderada (La Margarita, Radicales, Udeur), esas mismas concesiones se consideran el máximo aceptable. "Si se cambia el acuerdo, mi voto será negativo", anunció el ex presidente del Gobierno Lamberto Dini.

Prodi confía en que el Consejo de Ministros pueda aprobar la reforma a mediados de mes. Si lo consigue, surgirá el obstáculo realmente grave: el Parlamento. El anterior presupuesto fue aprobado porque el Gobierno utilizó el mecanismo de la confianza: cualquier derrota implicaba de forma automática la caída de Prodi, y los disidentes no se atrevieron a forzar una crisis.

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