La protesta de miles de monjes contra la Junta Militar se extiende por Myanmar
Suu Kyi, Nobel de la Paz en arresto domiciliario, se suma a las manifestaciones budistas
La revuelta pacífica de los monjes budistas en Myanmar (la antigua Birmania) subió ayer otro peldaño al lograr sacar a la calle a 10.000 religiosos para exigir disculpas al Gobierno por la agresión a varios bonzos a principios de mes. Un millar logró concentrarse frente a la Embajada de China, el principal aliado de la Junta Militar, y la líder del movimiento democrático, Suu Kyi, que cumple arresto domiciliario desde 2003, salió incluso a la puerta de su domicilio para rendir tributo a los monjes que se manifestaban.
Según indicó un monje al diario digital Irrawaddy, los bonzos se pararon intencionadamente ante la delegación diplomática china sin realizar demandas ante el edificio, aunque sí dedicaron un cántico "de amor y bondad".
Ayer fue el sexto día de marchas, que comenzaron con una concentración de unos 2.000 religiosos en la ciudad de Mandalay, en el centro del país. A la manifestación se unieron posteriormente varios miles de bonzos y monjes procedentes de otras pagodas, con incidentes similares en la antigua capital, Rangún.
Los monjes iniciaron sus protestas ante la negativa del Gobierno a ofrecer una disculpa pública por los maltratos sufridos el pasado 5 de septiembre por los bonzos del monasterio de Pakokku a manos de los agentes antidisturbios durante una manifestación pacífica. Un día después de aquellos sucesos, el Gobierno autorizó a los cuerpos de seguridad el uso de armas de fuego para disolver las manifestaciones, que desde hace más de un mes se suceden en distintas partes del país, y que comenzaron a raíz de la subida del precio de los combustibles. Más de un centenar de personas han sido detenidas por la policía y el Ejército.
Detrás de las protestas por el aumento del precio de los combustibles está la Liga Nacional Democrática (LND) y la Generación de Estudiantes del 88, grupo fundado en honor del levantamiento estudiantil de 1988. En Myanmar no se celebran elecciones legislativas desde 1990, cuando Suu Kyi, al frente de la LND, consiguió una victoria abrumadora, resultado que nunca ha acatado la Junta Militar.
Suu Kyi, que desde hacía años no era vista en público, se sumó simbólicamente a la protesta de los monjes. La policía había tomado posiciones frente al domicilio de la premio Nobel de la Paz del año 1991, pero los religiosos sobrepasaron la barricada mientras recitaban el salmo de metta sutha, las palabras de Buda para fraternidad. "¡Que pronto seas liberada!", le gritaron los manifestantes.
Naciones Unidas indicó el pasado jueves en un comunicado que la situación en el país pone en peligro la seguridad del resto de los países del sureste de Asia.
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