El Parlamento femenino
Con Las mujeres parlamentarias en la legislatura constituyente es la primera vez que un texto surge como consecuencia del cumplimiento de una de las medidas para la igualdad entre mujeres y hombres aprobadas por un Consejo de Ministros celebrado en 2005. Lo que evidencia que es un asunto de Gobierno completar la memoria de la transición, y sólo es posible cuando se pone de relieve a todas las personas que tuvieron responsabilidades políticas en la instauración de la democracia.
El libro, dirigido por Julia Sevilla y encargado a la Red de Mujeres Constitucionalistas, presenta a las 21 diputadas y 329 diputados, como a las 6 senadoras y 241 senadores que formaron las primeras Cortes Constituyentes. Y digo presentar porque a pesar de ser una época extraordinaria y difícil también es cierto que figura como nuestro mejor patrimonio histórico a la hora de imponernos mutuamente reglas democráticas. Gracias a lo cual, año tras año, contamos con documentos gráficos, sonoros, escritos, sin que hasta el momento pudiéramos identificar quiénes eran y cuáles habían sido las aportaciones de estas mujeres en los debates que fueron el germen de la Constitución Española de 1978. Por citar sólo algunas, Carlota Bustelo, Soledad Becerril, Gloria Begué, Pilar Brabo, María Dolores Calvet, Virtudes Castro, Asunción Cruañes, María Victoria Fernández-España, Carmen García Bloise, Dolores Ibárruri, Inmaculada Savater, Palmira Pla, Esther Tellado.
LAS MUJERES PARLAMENTARIAS EN LA LEGISLATURA CONSTITUYENTE
Julia Sevilla (coordinadora)
Editorial Cortes Generales
Ministerio de la Presidencia
Las autoras nos presentan el escenario de debate que hizo posible proponer nuevos derechos y, a su vez, asegurarlos mediante una política de pactos, y lo hacen a través de las distintas comisiones, transcribiendo sus propuestas, enmiendas y votos particulares a partir de la lectura de los diarios de sesiones de la legislatura constituyente. Podemos comprobar cómo diputadas y senadoras no se "especializan" en temas de mujeres, sino que abordan todas las materias: partidos políticos, libertad de expresión, terrorismo, educación y enseñanza, bandera, condición jurídica y social de la mujer, liberad de expresión o trabajo y seguridad social. El libro consigue que a medida que se avanza en sus más de quinientas páginas se incremente el interés por los contenidos, porque no se hace a espaldas del contexto social, dado que se citan aquellos acontecimientos del país que más influyen en las discusiones, gracias a lo cual podemos pulsar cómo reacciona la ciudadanía a la necesidad de desprenderse de conductas atávicas, como el proyecto de la supresión de la rúbrica de "adulterio" del Código Penal o la propuesta de amnistía de los delitos de aborto, propaganda y difusión de anticonceptivos. En sus intervenciones hay vocación de pacto, pero también una exigencia a que la democracia se extienda a los derechos de todos los hombres y mujeres, al fin de que no queden en las discusiones de las respectivas comisiones, sino que se traten en el pleno del Parlamento, ambición que no siempre se logra.
Que nadie piense que es un
libro con aspiración arqueológica. Se realizó en enero de 2006 un encuentro con senadoras y diputadas que formaron parte de la legislatura constituyente en el Senado, del cual se extraen buenas lecciones para entender las dificultades del presente. Si Clara Campoamor consiguió hace 75 años el sufragio universal, en la actualidad ha sido preciso que de nuevo el legislativo y el ejecutivo incluya a las mujeres, esta vez como poder constituyente. No sólo electoras, sino elegibles.
Después de leer esta obra no sólo se adquiere más conocimiento, sino mayor compromiso para asegurar un Estado de derecho, pero esta vez reconociendo las deudas a todos y todas sus protagonistas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.