Cambio de símbolo
España es un país moderno, innovador, bullicioso, con un PIB constantemente al alza. Por estas razones, se necesita un nuevo símbolo, que le pueda representar y definir en el mundo, mejor que el toro Osborne, la bailaora de flamenco y la paella. Sugiero que se lance una encuesta entre los lectores de EL PAÍS para que se elija el nuevo símbolo de España entre los cuatro siguientes:
- La grúa de construcción: único y verdadero elemento de unidad nacional, característico de cualquier paraje del territorio.
- El billete de 500 euros: abundantísimo en el país, seguramente en los bolsillos de unos poquísimos seres elegidos, escasísimo en los bolsillos de muchos, desconocido por la mayoría, si no fuera por las fotos policiales.
- El palo de golf: elemento central de un deporte muy popular aquí y muy amigo del agua (en el sentido de que consume muchísima), en un país sin agua.
- El todoterreno: el medio de transporte (de más de dos toneladas de peso) preferido por el español moderno, amante de la naturaleza, pero siempre sin pisarla ni tocarla. Se encuentra preferiblemente en las ciudades, para que no se ensucie.