Si tu marido muere, morirás con él
India endurece las leyes para erradicar el 'sati', tradición que obliga a las viudas a suicidarse en el fuego con el cadáver de sus maridos
La policía india tuvo que disolver hace unos meses a una multitud enardecida que exigía a una mujer que se lanzara al fuego y se quemara viva. Sucedió en Rajastán, un estado al norte del país. La masa pretendía que se arrojara a la pira funeraria de su marido, recientemente fallecido, y que ambos ardieran juntos.
Kuria, una anciana de 95 años, se lanzó a las llamas de la pira funeraria de su esposo
La tradición hindú del sati impone que las viudas se inmolen cuando su esposo ha dejado este mundo. Según esta costumbre, casi extinguida, la vida de la mujer no tiene sentido más allá de la de su hombre. "En Rajastán fueron necesarios más de 500 policías para impedir la inmolación. Todos estaban deseosos de que se conmemorara con una muerte gloriosa el aniversario de otro sati", dice la secretaria nacional de la ONG People's Union for Civil Liberties, Kavita Srivastava.
El Gobierno de India intenta ahora agravar las penas contra las comunidades en las que se realice el sati, o el suicidio de la viuda en la pira funeraria del marido. Los cambios que se proponen a la ley actual, de 1987, permitirían culpar a toda la comunidad donde se produzca un suicidio. Con ello, se intenta evitar que las propias familias provoquen que las mujeres se lancen a la hoguera funeraria del marido o que se dejen enterrar vivas en su tumba.
Quienes sean declarados culpables de provocar un sati serán castigados a penas de entre tres y diez años de cárcel. La multa establecida actualmente se quintuplicará hasta alcanzar unos 1.000 euros, según las propuestas anunciadas esta semana.
También se pretende cambiar la medida que castiga a las mujeres si sobreviven a la pira o si alguien las salva. "Buscamos estos cambios en la ley porque cuando una mujer es cazada intentando suicidarse en la hoguera de su marido, casi toda la culpa recae sobre ella. Pero ellas son en realidad víctimas de sus aldeas, que deben responsabilizarse por estos actos", señala la principal promotora de la ley, la ministra de la Mujer, Renuka Chowdhury. Una mujer sólo podría ser castigada por la nueva ley si se comprueba que su intento fue voluntario y que no fue forzada de ninguna forma, según informa el periódico The Times of India. La glorificación de esta tradición también será castigada.
El nombre sati hace referencia a la diosa del mismo nombre, que según la mitología hindú se autoinmoló por amor a su esposo Shiva. El ritual, que se practicaba mucho en la Edad Media, fue prohibido por primera vez en 1829, cuando India era colonia inglesa. En 1987, tras 40 años de independencia, el Gobierno indio promulgó la ley que ahora se pretende enmendar.
Aunque no existe un registro oficial de los casos, la ONG People's Union for Civil Liberties, ha registrado 44 en los últimos 60 años. Uno de los más recientes ocurrió en septiembre pasado en una aldea en Madhya Pradesh, en el centro del país. Kuria, una anciana de 95 años, se lanzó a las llamas de la pira funeraria de su marido. Sus cuatro hijos fueron acusados después de asesinato y metidos en prisión.
Un mes antes, en la misma región, Janakrani, una viuda de 45 años se quemó por la noche en la hoguera de su esposo muerto. La policía no encontró ningún culpable pero reconoció que había dudas sobre si fue un suicidio voluntario o si la mujer fue presionada por sus conocidos. "Es muy triste, pero todavía hay aldeas en las que la gente está muy orgullosa de esta costumbre", dice la secretaria nacional de People's Union for Civil Liberties, Kavita Srivastava. Precisamente, uno de los problemas para erradicar este problema es que se mantiene la creencia popular de que la viuda quedará libre de pecado y será adorada después de tan gloriosa muerte.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.