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La policía alertó en abril de que la 'yihad' había puesto en la diana al Ejército español en Líbano

- Entre el colectivo más radical se extendió la idea de que "España colabora con Israel" - La localización de un arsenal de armas pudo "llamar la atención de los 'yihadistas"

José María Irujo

Entre el colectivo de apoyo a la milicia chií de Hezbolá se divulgó y extendió durante los pasados meses de febrero, marzo y abril "la sensación generalizada de considerar que las tropas españolas están colaborando en territorio libanés con Israel", el enemigo irreconciliable de Líbano, según un informe confidencial de la policía remitido al Gobierno el pasado mes de abril. Ese informe evaluaba la amenaza del terrorismo de Al Qaeda y sus satélites en todo el mundo. La localización por las tropas españolas de un arsenal militar en Líbano aumentó el odio de los yihadistas. Las primeras investigaciones sobre la autoría del ataque que causó la muerte a seis jóvenes soldados el pasado domingo apuntan a Fatah al Islam, un satélite de Al Qaeda.

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A juicio de los analistas de la Comisaría General de Información de la policía, esa creencia de que existía un "apoyo a Israel" por parte de los militares españoles implicaba un riesgo de atentado para los efectivos desplegados en el marco de la FINUL, la fuerza militar bajo mandato de la ONU en Líbano. "Se empieza a divulgar esa sensación generalizada", alertaba el documento.

¿Qué generó y extendió esa falsa imagen de las tropas españolas? Los servicios de información españoles destacaban un hecho en el citado informe -titulado Aumento de la inestabilidad en Líbano-: la actuación de los militares españoles el 6 de abril, fecha en la que localizaron un arsenal de armas en las proximidades del río Linati, con 125 cohetes, 200 proyectiles y 325 granadas. Los analistas de la policía expresaron así su inquietud: "Destaca la relevancia mediática de la actuación de las tropas españolas tras la localización de dos arsenales con armamento, cohetes y logística para su lanzamiento [a Israel], lo que puede llamar la atención de los yihadistas sobre nuestro ejército allí desplegado". Algunas páginas yihadistas se hicieron eco de esa actuación de las tropas españolas, cuyos hombres localizaron también cohetes Katiusha similares a los que emplea Hezbolá.

Fuentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que elaboró entonces informes similares al de la policía, aseguran que la relevancia informativa de aquel hallazgo incrementó de forma considerable el riesgo del contingente español, que, al igual que el de otros países, ha sido amenazado por Ayman Al Zawahiri, el escudero de Osama Bin Laden. El número dos de Al Qaeda amenazó a finales de 2006 en un vídeo difundido por Internet a los países que, como España, respaldaron la resolución 1.701 de la ONU y enviaron a sus tropas a Líbano.

Proximidad a Hezbolá

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El riesgo que corrían los soldados españoles se hizo patente el pasado domingo, cuando un coche bomba reventó el vehículo en el que patrullaban varios de ellos y mató a seis hombres. El blindado carecía de inhibidores de frecuencia (que evitan la activación de bombas a distancia).

En un apartado del informe policial de abril se asegura que el incremento "de la inestabilidad política y social en Líbano y sus posibles derivaciones violentas pueden afectar a las tropas que España mantiene en ese país". Y añade: "La proximidad de las tropas de la FINUL a posiciones estratégicas de Hezbolá, ya sean arsenales o instalaciones ocultas, puede motivar una respuesta violenta por parte de esta organización terrorista".

Hezbolá condenó el atentado contra los españoles y aseguró no haber tenido ninguna información sobre su planificación. Algunos observadores aseguran que la milicia chií controla todos los rincones de Líbano, un país del tamaño de Asturias, y cuestionan que un ataque de estas características se escape a sus servicios de información. Pero la investigación inicial se dirige hacia las células de Al Qaeda representadas por Fatah al Islam, un grupo yihadista que se estableció en los campos palestinos del norte de Líbano en 2006 y que acoge a muyahidin procedentes de Argelia, Marruecos, Siria y otros países árabes.

Una nueva bomba de relojería que la red de Al Qaeda ha logrado colocar en una de las zonas más inestables del planeta. Los hombres de Fatah al Islam han perpetrado varios ataques en territorio libanés y amenazado a los cascos azules desplegados en el país. El pasado febrero reventaron dos autobuses de transporte urbano en un barrio cristiano de Beirut y asesinaron a tres civiles.

El informe policial advirtió también al Gobierno del riesgo de las tropas españolas en Afganistán. Así, recogía el fallecimiento de la militar Idoia Rodríguez Buján, el pasado febrero, al estallar un artefacto explosivo contra un convoy; y el ataque con morteros del 3 de abril contra la base militar española en Herat. Y pronosticaba: "Se espera que el movimiento talibán siga incrementando la actividad violenta en el país, que podría afectar a nuestro despliegue militar".

Nuevos escenarios

Palestina, Líbano, Jordania y el Magreb son los nuevos escenarios de la yihad. Sobre la situación en Palestina, la policía advirtió hace dos meses de que la "evolución conflictiva de la política interna y las continuas incursiones del ejército israelí, unidos a los llamamientos de Al Qaeda a la yihad en Palestina, podría traducirse en acciones contra objetivos occidentales".

El pronóstico de los analistas se quedó corto: Palestina padece desde hace semanas una situación de guerra civil entre Hamás y Al Fatah. El conflicto iraní es también susceptible de inquietud para los observadores españoles, que lo analizan así: "Cualquier evolución violenta en relación a las pretensiones nucleares iraníes a las que se opone la comunidad internacional es susceptible de expandirse a cualquier parte del mundo, España incluida". La policía destaca "las continuas acusaciones de protectorado y ayuda [por parte del Gobierno de Irán] a la milicia chií de Hezbolá en Líbano".

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Sobre la firma

José María Irujo
Es jefe de Investigación. Especialista en terrorismo de ETA y yihadista, trabajó en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Por sus investigaciones, especialmente el caso Roldán, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Ortega y Gasset y el Premio Internacional Rey de España. Ha publicado cinco libros, el último "El Agujero", sobre el 11-M.

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