La cesta de la compra mira hacia La Meca
Cada vez más empresas y tiendas madrileñas comercializan productos aptos para el consumo de los musulmanes
Embutidos de ternera, pavo o pollo, galletas que no llevan manteca de cerdo, golosinas y helados hechos con gelatinas vegetales, quesos elaborados con cuajo no animal... En las estanterías de los establecimientos comerciales madrileños empiezan a encontrarse decenas de estos productos. Productos con una característica común, son halal, es decir, cumplen con los preceptos de la ley islámica y están permitidos para los musulmanes. Un colectivo que supera las 200.000 personas en la Comunidad de Madrid.
"Imagínate llegar a un país con una riqueza gastronómica como la española y poder comer poco más que pescado a la plancha, fruta y ensalada", dice Audalla Conget, musulmán y director comercial del Instituto Halal, un organismo creado por la Junta Islámica para verificar los alimentos que son aptos para el consumo de los musulmanes. Esto es, según Conget, lo que les pasa a muchas personas de religión islámica cuando llegan a España. "No podemos comer cerdo o sus derivados, y aquí se utilizan mucho", sigue Conget. Por eso cada vez más empresas ofrecen productos halal.
En España 73 firmas tienen ya artículos acreditados por el Instituto Halal
Además de los pequeños comercios, situados en barrios con importante presencia musulmana, también las grandes superficies como Carrefour y Alcampo se han apuntado a este floreciente negocio y ofrecen algunos productos halal. "En España, 73 empresas del sector agroalimentario tienen productos auditados por el Instituto Halal. Es un buen mercado, la facturación mundial de los productos de alimentación que hemos acreditado se ha triplicado en dos años, hasta alcanzar los 427.700 millones de euros en 2006", asegura la directora de este instituto, Isabel Romero.
Dentro de esas 73 empresas hay varias marcas de leche, helados, embutidos, aceite, conservas... "No sólo existe comida, también hay cosméticos halal. La garantía es una ventaja no sólo para los musulmanes. Son productos muy sanos porque sabemos lo que contienen", dice Romero.
Para controlar que estos productos son lo que realmente dicen ser, el Instituto Halal ha creado el certificado de garantía halal. Para obtenerlo las empresas reciben una auditoría del instituto, en la que se verifica que cumplen con los preceptos de la ley islámica: "No usar ningún derivado del cerdo y que no se haya tenido contacto con ningún producto prohibido durante la cadena de producción", explica Romero. "También exigimos que el animal sea sacrificado de acuerdo con lo prescrito por la ley islámica, esto es, orientado hacia La Meca y que al sacrificarle deben cortarse de una sola vez las vías respiratorias, el esófago y la yugular y aún debe estar vivo cuando esto se haga", dice Romero.
Helen regenta una pequeña tienda de comestibles en la calle de Embajadores, en pleno barrio de Lavapiés, el que fue uno de los barrios más castizos de Madrid y que ahora se ha convertido en ejemplo de multiculturalidad. Esta bangladesí de 24 años muestra orgullosa los estantes de su tienda, en los que se pueden encontrar algunos productos halal: galletas sin manteca de cerdo y varios embutidos. "Es que en Lavapiés encuentras todo. Me gusta mucho vivir aquí", dice con una enorme sonrisa.
Helen es musulmana y lleva cuatro años viviendo en Madrid con su marido y sus dos hijas. "Cuando les dije a mis padres que en Madrid mis niñas comerían en el colegio, lloraron mucho. Me pidieron que les diera de comer siempre en casa, que en España había mucha comida que era haram [no permitida]", cuenta. Así que, desde que llegaron, sus hijas van todos los días a comer a casa. "A veces estoy muy ocupada y me gustaría que comieran en el comedor del colegio, pero no pueden", explica Helen.
A unas cuantas calles de la tienda de Helen hay una pastelería árabe donde también se pueden comprar dulces halal. Al lado está la carnicería Al Manara. Madjid, uno de sus dueños, asegura que vende desde hace años productos con la garantía halal. "Antes sólo existía una garantía internacional. Ahora tenemos la del Instituto Halal", dice este argelino, que explica que en Madrid es fácil encontrar comida apta para el consumo de los musulmanes. "En Lavapiés hay muchas tiendas, pero también en el barrio de Tetuán, en Vallecas, en Villaverde. Hay muchos musulmanes en Madrid y muchos hemos abierto tiendas", dice. "La carne halal además sabe mucho mejor. El animal no sufre durante la matanza y eso se nota", asegura convencido.
El Instituto Halal busca ahora promover entre el sector servicios su certificado. "En Madrid todavía no lo tiene ningún restaurante, excepto el del Centro Islámico. Pero hay muchos establecimientos que nos han pedido información", dice Romero. Además, varios hoteles se han interesado por el certificado, según el Instituto Halal. El requisito para obtenerlo: "Ofrecer en sus restaurantes comida halal y disponer de salas de oración e instalaciones necesarias para la práctica de las abluciones".
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