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El BNG rechaza la oferta de Corina Porro para gobernar juntos en Vigo

La candidata popular no descarta para más adelante un acuerdo con los nacionalistas

La aún alcaldesa de Vigo, la popular Corina Porro, ofreció ayer al BNG un pacto de gobierno que el candidato nacionalista, Santiago Domínguez, rechazó porque "hay que hacer lo que la ciudadanía dice en las urnas". Corina Porro peleó explícitamente en la campaña electoral por la mayoría absoluta, y Domínguez, también de modo explícito, por gobernar con el PSOE. Para el BNG no ha lugar al pacto con el PP. Pero la alcaldesa en funciones no tira la toalla. "Nunca descarto nada. Quizá sea posible más adelante. Veremos qué pasa", alentó Porro.

El encuentro, en un céntrico hotel de Vigo, entre la candidata popular y aún alcaldesa y el nacionalista fue una deferencia de éste, "por respeto a sus 66.000 votantes", por "deber y obligación a conocer de primera mano" las opiniones de quien los obtuvo. Todas, según quedó de manifiesto en las declaraciones posteriores a la prensa, eran opiniones ya conocidas.

Corina Porro agradeció de Santiago Domínguez su gesto de respeto con la lista más votada en Vigo, lo que "contrasta con la actitud de otro candidato", dijo por Abel Caballero, y reiteró que los resultados electorales la legitiman para negociar.

En tres años y medio de gobierno popular, "hemos tenido puntos de encuentro con el BNG", añadió la alcaldesa, que citó los ejemplos del plan general de urbanismo y del plan de parroquias, y ambas fuerzas, PP más BNG, suman el 63% de los votos, frente al 48% de socialistas y nacionalistas. "¿Qué gobierno representa más a los vigueses?", preguntó retóricamente.

En la reunión, según Porro, los dos candidatos habían repasado "temas de la ciudad", de gestión y solución de problemas, hasta llegar a esa oferta de pacto de gobierno, "en el que lo único importante fuese Vigo" y que "sería bueno, coherente y más representativo" que el que deparan PSOE y BNG.

Domínguez agradeció la oferta y situó el encuentro como un anticipo de su voluntad de ser "tremendamente respetuosos con la oposición". Pero, aunque fuera por poca diferencia, las urnas decidieron un gobierno de coalición de socialistas y nacionalistas "y hay que respetar esa decisión".

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El candidato nacionalista expresó también su voluntad de mantener periódicamente encuentros como el de ayer y ofreció su "máxima colaboración" en este sentido por respeto al grupo popular. En los gobiernos "hay que aprender de la oposición, escuchar a otras fuerzas políticas", dijo Domínguez. "Y los temas en los que [PP y BNG] estuvimos de acuerdo, no tienen por qué cambiar, independientemente de que estemos en el gobierno o en la oposición", añadió.

Esta buena disposición de Domínguez con respecto a los populares amortigua la relación de éstos con los socialistas, enconadas desde antes de la campaña electoral y sin término a la vista. Corina Porro volvió ayer a criticar al virtual alcalde, Abel Caballero, sin nombrarlo por su "falta de respeto, no a mi persona, sino a los votantes que están detrás". "Quieren sacarme de en medio, tienen un interés fuera de lo normal en proyectarme fuera de Vigo", afirmó.

La alcaldesa respondía a quien asoma como hombre de confianza de Caballero en la próxima corporación, Carlos López Font, quien poco antes la había acusado de plegarse a ceder la presidencia de la Diputación Provincial a "un concejal de Ribadumia" [Rafael Louzán], lo que demostraría el escaso peso político de Porro en el partido pese a sus resultados electorales en Vigo. "Quieren echarme de Vigo", insistió la alcaldesa, para concluir desafiante: "Pues mi despacho estará en el ayuntamiento". Para trabajar por Vigo y por no descartar el pacto con el BNG o cualquier otra solución "más adelante". No tuvo que mencionarlo para que flotara en el aire lo ocurrido en el actual mandato, donde recibió el bastón de mando por la desavenencia de socialistas y nacionalistas que Porro parece esperar a ver repetida.

No dan esa impresión los previsibles coligados, pese a que aún no hay pacto ni, según aseguran unos y otros, conversaciones. El BNG ha impuesto su condición de esperar al acuerdo marco que se negocia en Santiago. Después, según reiteró López Font ayer, los encuentros de ambas fuerzas tendrán luz y taquígrafos, sin secretismos. Tampoco habrá "reparto de poder", sino trabajo conjunto sobre un modelo programático. En ese proceso el BNG tendrá el respeto que Santiago Domínguez reclama, dijo López Font, quien evitó valorar la posibilidad de gobernar en minoría porque "es más lo que nos une que lo que nos separa".

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