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Reportaje:

Paisajes de museo

El entorno de la Ribeira Sacra se convierte en el núcelo de una exposición del CGAC

"No se puede amar lo que no se conoce". La frase resume la filosofía de la arquitecta Isabel Aguirre, comisaria de la exposición Salir a, a la hora de enfrentarse al reto de trasladar a las salas del Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) las sensaciones que uno puede sentir al encontrarse en el entorno natural de la Ribeira Sacra. A través de fotografías, esculturas e instalaciones -realizadas por los artistas Fernando Suárez Cabeza, Gerald Dederen, Jean-Francois Laporte y Mark Manders- el público puede evocar lo que se siente cuando salimos a dar un paseo por el campo.

La culminación del proyecto será la instalación de una plataforma-mirador sobre los cañones del Sil, diseñada por Aguirre, cuya maqueta también puede verse en la exposición. Una vez que esté construida, los visitantes podrán acceder a una perspectiva diferente sobre el río Sil y tendrán la oportunidad de ver amplificadas las sensaciones acústicas que caracterizan a ese lugar. La colocación de la plataforma está pendiente de la obtención de los permisos necesarios.

La muestra llama la atención sobre los peligros que acechan a los entornos naturales

Entre las obras que forman parte de la muestra destacan cuatro grandes piezas en madera del artista belga Gerald Dederen, que se complementan con una pintura mural sobre una de las paredes del CGAC realizadas por el mismo autor. Dederen expresa así su preocupación por hacer visible la movilidad, la visibilidad y la continuidad infinita de los elementos naturales. Sus obras requieren una puesta en escena reducida a una esencia que capte el movimiento de un árbol o la grandeza de un paisaje.

El fotógrafo palentino Fernando Suárez Cabeza presenta una serie de fotografías de pequeño formato que redescubren al espectador la vitalidad de la Ribeira Sacra y, en especial, de los cañones del Sil. Sus obras interactúan con las piezas en madera realizadas por Dederen con lo que se consigue uno de los objetivos planteados por la comisaria: la confluencia y el diálogo entre distintas disciplinas artísticas.

Seguramente la obra más espectacular es la que puede verse en el remozado auditorio del CGAC. Se trata de una instalación sonora del compositor y artista canadiense Jean-Francois Laporte, formada por tres aparatos con grandes aspas que remiten a los generadores eólicos que en los últimos años se han convertido en un elemento más del paisaje, también en Galicia. Las aspas se mueven mediante un sistema activado por ordenador al ritmo que les marca una partitura compuesta por el propio Laporte y que se inspira en el sonido del viento, uno de los elementos característicos del paisaje de los cañones del Sil.

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Salir a pretende servir como una llamada de atención sobre los peligros que representan fenómenos como el crecimiento del turismo, los aprovechamientos hidráulicos o los intereses inmobiliarios. Aguirre considera imprescindible que los ciudadanos aprendan a respetar "tesoros como la Ribeira Sacra, un bien común que tenemos que cuidar entre todos".

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