Internet se echa al monte
A Estrada, con la mayor red wifi de España, permite realizar el papeleo municipal a distancia
La vaca Paloma pace en los campos de la remota parroquia de Pardemarín, en A Estrada, incluso más tranquila que sus compañeras censadas en otros ayuntamientos. Desde hace tres meses, la salud de sus ubres es controlada por ordenador. La mayor red de Internet sin hilos de España permite que su patrón, el ganadero Alfonso Otero, pueda acceder a distancia a los registros de la Xunta de Galicia y saber, justo después de cada análisis, cuántos cientos de miles de células somáticas tiene su leche, un indicador que, al dispararse, alerta de que Paloma están en riesgo de sufrir una infección en el órgano con el que se gana la vida.
Alfonso Otero es uno de los 1.000 vecinos del municipio pontevedrés de A Estrada que ya se han dado de alta en la malla wifi estrenada este año. Se trata de la red de Internet sin hilos más extensa de España, ya que alcanza hasta el último rincón de este ayuntamiento de 280 kilómetros cuadrados y 500 aldeas desperdigadas entre montañas. Esta tecnología permitirá lo que no han conseguido las carreteras: salvar la orografía y acercar la Administración a los ciudadanos.
El Ayuntamiento de A Estrada tiene previsto inaugurar la "teleadministración" en las próximas semanas. Los vecinos enganchados a la red podrán entonces tramitar por ordenador licencias de primera actividad y primera ocupación, permisos de obra menor y el alta en el servicio de aguas, ahorrándose el largo viaje hasta las ventanillas de la Casa Consistorial. Carlos Andújar, ingeniero informático del programa A Estrada Dixital con el que se ha implantado Internet sin hilos, asegura que la experiencia está siendo "un éxito" y que la tecnología está consiguiendo superar las "zonas de sombra" que se van detectando "Garantizamos una cobertura del 100%", subraya.
Andújar trabaja en el diseño de un microchip que se utilizará para identificar a las reses. Las vacas de A Estrada serán las primeras de España en lucir un crotal electrónico que recogerá todos los datos sobre el animal. A ellos podrán acceder los ganaderos y veterinarios a través de un lector instalado en una computadora de mano.
La red wifi ha traído a la vida profesional de Alfonso Otero "un cambio muy grande". Desde que la pequeña parroquia en la que vive ha sido rodeada de esta tecnología invisible puede alimentar mejor a sus 42 vacas. Si al entrar con su clave en la web de la Xunta detecta que la leche de la Paloma tiene los niveles de urea elevados, este ganadero de 56 años puede actuar. Este parámetro indicaría que la res come demasiada proteína, por lo que la pondría a dieta unos días masticando silo de maíz y eludiendo la tentación de la hierba verde.
Este ganadero de A Estrada, con 23 años de profesión a sus espaldas, ve en Internet una oportunidad para "buscar salidas nuevas" al sector en Galicia. Una idea se la dieron hace casi 20 años en la localidad alemana de Stuttgart, a la que viajó para comprar medio centenar de vacas. En la cooperativa, sus colegas teutones tenían ya un registro informático con todas las reses de cada pueblo y los datos de su pedigrí. No hizo falta visitar ninguna granja. "Hoy aquí eso es imposible", explica, "quien viniese en busca de unas vacas tendría que andar 'tordeando' por las explotaciones".
Con su portátil sobre las piernas, Alfonso Otero se plantea montar un negocio de exportación de vacas. "Los ganaderos topamos con muchas trabas burocráticas y muchos desisten. Quedamos ya muy pocos y hay que buscar salidas". En su caso, lo hará con red.
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