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La minoría rusa se subleva en Estonia

Cientos de detenidos tras dos noches de protestas por la retirada de un símbolo soviético

Pilar Bonet

Las tensiones entre Rusia y Estonia por el desmantelamiento del monumento a los soldados soviéticos caídos en la II Guerra Mundial se intensificaron ayer tras una segunda noche de desórdenes en Tallin. En violentos enfrentamientos con la policía, más de 600 personas fueron detenidas y 96 resultaron heridas, entre ellas 16 agentes. Rusia, que calificó de desmedida la actuación policial, ha pedido a la UE y a la OTAN que se pronuncien sobre los acontecimientos.

La subida de tono de un conflicto que ha tenido carácter bilateral amenaza con convertirse en un nuevo problema entre el Kremlin y la UE, de la que Estonia es miembro. En una conversación telefónica con la canciller alemana Angela Merkel, el presidente Vladímir Putin expresó ayer su "más seria preocupación" por los sucesos de Tallin. Merkel, que ejerce la presidencia de turno de la UE, se pronunció a favor de que la situación se regule con celeridad y exhortó a las partes a la moderación, según el servicio de prensa del Kremlin.

Los desórdenes en la noche del viernes estallaron cuando se comenzaba a remover la tierra para la exhumación de la tumba colectiva situada debajo del complejo memorial presidido por la estatua del soldado del Ejército Rojo, que fue desmantelado en la noche del jueves. Los rusohablantes de Estonia lo consideran una agresión a la memoria de los soldados que perecieron en la guerra contra el nazismo. Las autoridades estonias, que tomaron la decisión de desmantelar el conjunto, lo consideran un recuerdo de la ocupación soviética.

Estonia tiene una población de 1,4 millones de personas, de los cuales 130.000 son no ciudadanos, es decir, que no cumplen las severas exigencias ante ciertas categorías de rusohablantes residentes en aquel país cuando éste recibió la independencia en 1991. En el país viven 100.000 ciudadanos rusos.

En las refriegas del jueves al viernes se produjo un muerto. Se trata de Dmitri Ganin, ciudadano ruso de 20 años que reside en la ciudad estonia de Mustvee. Ganin falleció en el hospital a consecuencia de una herida de arma blanca.

Rusia ha exigido de forma categórica a Tallin que dé toda la información sobre lo sucedido, realice una rápida investigación y castigue a los culpables, según dijo ayer en Moscú el portavoz del Ministerio de Exteriores, Mijaíl Kaminin.

Según las cadenas de televisión rusas, hubo desórdenes de carácter no especificado también en localidades del noreste de Estonia, donde está concentrada la población rusohablante. La cadena de televisión NTV dio ayer imágenes del almacén del puerto de Tallin, donde los detenidos permanecían concentrados sentados en el suelo y esposados. En las imágenes podía verse cómo agentes de la policía estonia propinaban golpes entre los arrestados. Las cámaras registraron también la rotura de escaparates y el lanzamiento de objetos contundentes a la policía.

Unas 150 personas, en su mayoría de los grupos juveniles al servicio del Kremlin, se manifestaron ayer ante la Embajada estonia en Moscú. Los jóvenes proferían insultos contra los diplomáticos, a los que llamaban fascistas.

La policía estonia detiene a varios manifestantes el viernes por la noche en el centro de Tallin.
La policía estonia detiene a varios manifestantes el viernes por la noche en el centro de Tallin.REUTERS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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