René Rémond, el historiador de la derecha francesa

René Rémond, que había nacido en la región montañosa del Jura, en Lons-le-Saunier, hace 88 años, falleció el sábado 14 de abril en París. Fue rector de la Universidad de París X entre 1971 y 1976, y pertenecía a la Academia Francesa desde el año 1988.

La tradición aseguraba que Francia tenía la derecha más incompetente del mundo. Un libro de René Rémond, La droite en France, puso punto final a esa simplificación. Se trataba de seguir la compleja reconstrucción de la derecha tras el tornado revolucionario y el episodio imperial de Bonaparte, es decir, entre 1815 y hasta la V República de De Gaulle, para descubrir la continuidad de las tres familias de la derecha, la de los legitimistas, la de los orleanistas y la de los bonapartistas, ultramontanos los primeros, liberales y europeístas los segundos, estatalistas y autoritarios los terceros.

René Rémond falleció el domingo en París. Tenía 88 años y había nacido en la región montañosa del Jura. Fue rector de la Universidad de París X, entre 1971 y 1976, pertenecía a la Academia Francesa desde 1988 y dirigía la Fundación Nacional de Ciencias Políticas desde 1981.

Pero su militancia en las instituciones intelectuales había empezado antes, digamos que en 1965, cuando encabeza, durante 20 años, una organización de intelectuales católicos. Porque Rémond era un católico abierto y sin complejos, al que no le importaba explicar la historia de Europa a partir de ese parámetro, el del peso del catolicismo.

La calidad de su trabajo intelectual era reconocida por todos, incluso por quienes estimaban que se permitía excesivas extrapolaciones desde el campo estricto de la historia política.

La prueba de ese respeto y reconocimiento se hizo manifiesta en 1992, cuando presidió una comisión de historiadores que estudió la confusa y compleja historia de la relación entre Paul Touvier, uno de los líderes de la Milice en Lyon -un cuerpo paramilitar y de extrema derecha, integrado por franceses que aceptaban hacer parte del trabajo sucio que no podían realizar los ocupantes nazis- y la Iglesia católica. Esta última apareció implicada en la cobertura de la fuga de varios asesinos.

Rémond era un hombre al que le entusiasmaba participar en el debate político y que acudía a menudo a las emisiones televisivas de actualidad. Sin ocultar nunca sus simpatías por la derecha, no se mostraba sectario y era estimado como alguien que siempre conseguía elevar el nivel del debate.

Prueba de ello es que, tras su desaparición, la candidata socialista a la Presidencia, Ségolène Royal, le ha calificado como "un intelectual ejemplar y un historiador emérito que a su vez era un brillante analista político".

Y lo cierto es que sólo hoy su esquema de la triple filiación de la derecha francesa parece comenzar a quedar obsoleto, pues si Le Pen aglutina parte de los legitimistas y François Bayrou reúne en torno a su centrismo a quienes más partidarios son del federalismo europeo, Nicolas Sarkozy es un autoritario que liquida la tradición colbertista o de absoluta confianza en el Estado. Rémond deja tras sí una treintena de obras entre las que merecen ser destacadas L'anticléricalisme en France y La vie politique en France.-