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Reportaje:

El héroe es 'Knut'

El bebé de oso polar se convierte en estrella mediática y provoca la mayor avalancha de visitantes en la historia del Zoo de Berlín

Knut, el bebé de oso polar nacido hace cuatro meses en Berlín, ha desencadenado la mayor avalancha de visitantes en los más de 160 años de historia del zoo de la capital alemana. En estas vacaciones de Pascua se esperaba una media de 40.000 visitantes diarios, atraídos por la figura de Knut, que se ha convertido en un fenómeno mediático sin precedentes y en una fabulosa fuente de ingresos.

Camisetas, CD, DVD, muñecos de peluche y toda la quincalla imaginable del caso se vende mejor que las rosquillas. Knut es ya una marca registrada que ha hecho subir por las nubes las acciones del zoo berlinés. La avalancha de visitantes ha obligado a la dirección del parque zoológico a organizar turnos de un cuarto de hora para que los turistas puedan contemplar las cucamonas de Knut durante las dos horas al día en que el bebé de oso polar se muestra al público.

Con él llegó el escándalo. Desde su nacimiento, el pasado 5 de diciembre, el osito polar ha disfrutado de un seguimiento mediático que le ha convertido en estrella y ha desencadenado en Alemania la llamada knutmanía. La televisión le dedica todos los días un programa. Los periódicos amarillos alemanes no dejan pasar un día sin una o dos páginas para contar cada detalle relacionado con el osito. Sufrió Knut desde su nacimiento un trauma que los expertos no saben qué consecuencias traerá. Su madre Tosca parió gemelos y los rechazó. Uno de los ositos murió poco después, pero Knut, que pesó al nacer 810 gramos, quedó al cuidado de Thomas Dörfflein, que se ha convertido en uno de los personajes más famosos de Alemania por los cuidados que salvaron la vida al osito polar. Tras 44 días en una incubadora, Knut sobrevivió gracias a los biberones que le daban cada dos horas. Cuando cumplió 108 días, más de 500 periodistas asistieron a su presentación en sociedad, apadrinado por el ministro federal de Medio Ambiente, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, que aprovechó la ocasión para lanzar un discurso sobre la protección de especies en peligro de extinción -en 2006, el oso polar pasó a engrosar la lista de especies en peligro de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UMCN)- y nombrar a Knut mascota del congreso que se celebrará sobre este tema en Bonn.

Los cuidados al osito no han dejado de provocar polémica. Algunos defensores de los animales sostuvieron que la crianza dada a Knut era antinatural y contraria al trato que debe recibir un bebé de oso polar. Frank Albrecht, un instalador de 46 años, demandó al zoo berlinés por tortura a los animales en relación con Knut y afirmó: "En cinco años, cuando todo este de acá para allá en torno a Knut se haya acabado y ya nadie diga que el pobre osito le da pena, nadie se interesará por él". Algunos ecologistas propusieron ejecutar a Knut para evitar que creciera en contra de las normas que dicta su condición.

Para incrementar la mitología en torno a Knut, los días de su apoteosis coincidieron con la conmemoración en Berlín del 50º aniversario de la Unión Europea. La atención de los alemanes se desvió de los 27 presidentes y primeros ministros hacia la figura del osito, más simpática y atractiva.

Tampoco ha faltado el toque dramático. La presentación en sociedad de Knut coincidió con la muerte repentina de Yan-Yan, un oso panda del zoo berlinés. Hubo voces que achacaron esta muerte a los cuidados excesivos dedicados a Knut en detrimento de otros inquilinos del zoo. Su director Bernhard Blaszkiewitz declaró: "Donde se nace también se muere. Cada día. No tenemos nada que reprocharnos sobre Yan-Yan. La enfermedad se desarrolló en unas pocas horas y es una completa estupidez decir que estuvo abandonada por culpa de Knut. De los pandas se ocupan otros cuidadores que no tienen nada que ver con los osos polares".

Mientras, Knut crecía hasta los 50 centímetros y los 9,100 kilos de peso en los medios y en la Red su figura se agigantaba. La página del zoo en Internet pasó de 500 visitantes diarios a 25.000. En marzo el número de visitantes del Zoo llegó a 190.000, el doble que el año pasado. Las acciones del zoo berlinés -hay unas 4.000 en el mercado que se negocian en un ámbito reducido y tienen un carácter casi familiar- se dispararon hasta 4.660 euros, un 100% de su valor ordinario y frente a cada dos deseos de venta hay más de 27 demandas de compra.

Con apenas cuatro meses ya están en marcha las especulaciones sobre su vida amorosa, e incluso le han buscado novia. El parque zoológico de la ciudad alemana de Gelsenkirchen ha pedido al de Berlín que le presten a Knut para aparearlo con Lara, una osa polar de dos años.

El oso <i>Knut,</i> jugando en el Zoo de Berlín.
El oso Knut, jugando en el Zoo de Berlín.REUTERS

Portada de 'Vanity Fair'

Los pasquines con la imagen de Knut se venden a cinco euros. Los muñecos de peluche cuestan entre 4,95 y 8,95 euros y los tenderetes que los venden en el zoo no dan abasto. Un visitante no pudo evitar exclamar: "Si él supiera el dinero que podría ganar...".

Las casas de apuestas en el Reino Unido han incluido varias relacionadas con Knut. Se puede apostar sobre si Knut conseguirá ser portada del semanario Der Spiegel o si la ciudad de Berlín cambiará en el escudo su mascota, un oso pardo, por el polar. En Der Spiegel todavía no, pero la revista Vanity Fair le dedicará su portada de mayo, donde el osezno, fotografiado por Annie Leibovitz, comparte protagonismo con Leonardo DiCaprio. Otro de los motivos de apuesta es si Knut se convertirá en el nombre más frecuente en Alemania para los recién nacidos y si la marca Ikea producirá en breve un muñeco con el nombre del osito berlinés.

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