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Reportaje:EN SEGUNDO PLANO | Juicio por el mayor atentado en España | 11-M

Un conservador contra la conspiración

El abogado Fuster-Fabra se indigna ante los que intentan implicar a ETA

Antonio Jiménez Barca

El miércoles, uno de los abogados de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, presidida por Pilar Manjón, cerró así su interrogatorio al comisario Juan Jesús Sánchez Manzano, jefe de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos el 11 de marzo de 2004: "Gracias por su trabajo esa mañana". Era la primera vez en el juicio que un abogado daba las gracias a un policía por su labor en el 11-M. El abogado se llama José María Fuster-Fabra, y su gesto fue ayer imitado varias veces: varios letrados agradecieron a los policías especializados en explosivos que testificaron ayer el haberse jugado el tipo ese día al revisar mochilas en los trenes, al localizar y palpar la masa blanda de la dinamita que no había explotado en un primer momento o al desactivar una bomba en un parque de Vallecas por la noche.

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Fuster-Fabra explica por qué lo hizo: "Quise simbolizar en Sanchez-Manzano a todas las fuerzas de seguridad. En su caso, su labor se había puesto en tela de juicio, y me pareció de justicia agradecérselo públicamente con la fuerza moral que me da representar a la asociación mayoritaria de víctimas".

Fuster-Fabra, de 49 años, catalán, es cualquier cosa menos de izquierdas: "Soy lo que se denomina un conservador admirador de Churchill, que piensa que las ideas siempre tienen que estar por encima de los partidos, el sentido de Estado por encima de las ideas y las personas por encima de todo".

A lo largo de su carrera profesional, este abogado, cuya tesis doctoral se titulaba Responsabilidad civil derivada de actos de terrorismo, ha defendido al general Galindo en el caso Lasa y Zabala y ha participado en una decena de juicios contra etarras. También se ha ocupado de la defensa de un concejal del PP al que unos independentistas llenaron la casa de pintadas.

"Y como persona conservadora y abogado con experiencia en estos asuntos me produce indignación que haya una parte de la derecha que sea capaz de entrar en teorías conspiratorias para sacar rédito político", explica. "Es éticamente dudoso y, además, políticamente absurdo, porque la investigación policial fue un éxito y el tanto se lo había tenido que apuntar el PP".

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Después de un mes y medio de juicio, asegura que "ha habido errores en la instrucción". Pero matiza: "Todo abogado sabe que en un sumario de 500 páginas hay errores ¿Cómo no los va a haber en uno de 100.000? Pero de ahí a asegurar que se han manipulado las pruebas....". Y añade: "Para pensar o afirmar como sostiene la teoría de la conspiración que miembros de la policía o la Guardia Civil han participado en un atentado en el que han muerto 191 personas hay que estar muy desquiciado, tener muy pocos escrúpulos o ser muy ignorante".

Está convencido de que "parte de la verdad de este atentado se la llevaron a la tumba los suicidas de Leganés" pero que esto no quiere decir "que los que estén sentados en la pecera blindada no sean culpables".

Por eso, no comprende la postura de los abogados de algunas asociaciones de víctimas, que en vez de apoyar a la fiscalía la socavan: "Son buenos profesionales, me consta, por eso su postura es difícil de entender. En mi opinión, el papel de los abogados de las víctimas es asumir el auto de procesamiento, esto es, las investigaciones del juez instructor y sus pruebas. Y reforzarlas. Y no ponerlas en solfa. Esta situación resulta extraña. ¿Por qué lo hacen? Eso deberían responderlo ellos. Pero, para mí, la culpa no es de los abogados, sino de quien sustenta toda la absurda teoría de la conspiración".

José María Fuster-Fabra.
José María Fuster-Fabra.MANUEL ESCALERA

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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