_
_
_
_
INÉDITO

Fuga 1ª

Un volumen reúne todos los cuentos de la autora de Nada en el tercer aniversario de su muerte, que se conmemora el próximo miércoles. La editorial Menoscuarto ha recopilado relatos ya publicados, más seis inéditos juveniles -como el que se publica en esta página y que escribió con 18 años y regaló a su primer novio- y ocho posteriores a 1952 que no vieron la luz.

Yo soy la luna vieja de un pueblo de Castilla. Yo soy esa a quien ladran los perros, yo soy la que enciendo los corazones en las noches claras de Julio...

No acostumbro a escribir las historias que provoco, pero ésta me ha hecho mucha gracia, y por eso te la cuento a ti, criatura, para que la escribas.

* * *

La primavera se ha metido de incógnito en mi cuerpo
Más información
Fulgor y dolor

Una noche de lo más hondo de la primavera tuve un coloquio con una mujer, casi tan vieja como yo, que se pasaba la vida soñando...

-Mujer -le dije en un soplo caliente- ¿por qué has dejado pasar así tu vida?

-¿Quién me habla así? -me dijo.

-Yo, tu luna. ¿Creerás que no te he visto así, en esa ventana noches y noches? ¿Crees que no sé tu historia, mujer? Te conozco desde que empezaste a abrir los ojos de par en par a la vida y desde que la vida te fue ahogando todas las ilusiones. Te conozco, de llorar loca de rabia esta vida miserable que has vivido sólo para tus vecinas, te conozco de leer a escondidas los versos de tu padre, que se moría de hastío aquí... Te conozco, mujer, mejor que nadie, y sé que aquí no vives, te conozco porque una noche, hace muchos años quisiste, aquí a mi luz seguir a un hombre y nunca te llegaste a atrever.

¡Nunca te atreviste a vivir mujer, y tenías en tu corazón la fuente de la vida...

! Pero aún no es tarde, nunca es tarde. Tienes dinero y vives como una miserable bajo siete tutelas de siete viejas más viejas que tú, podrías vivir y te mueres entre las paredes, los cerrojos, las ropas negras... ¿Crees que no sé que esperas en esa ventana cada vez que pasa a lo lejos la lunecita roja del tren de madrugada? ¡Vive, mujer! Y en vez de suspirar en la ventana marcha detrás de la lucecita esa, hacia otros horizontes libres y nuevos. ¡Vive, mujer!

Ella me oía en la ventana, con sus ojos de brasa, bien abiertos, estaba bonita, así ajada y todo, como una flor marchita de sal, me oía sin entender mis palabras pero su sentido se le iba metiendo como un veneno dulce en el cuerpo...

-¿Ha corrido la primavera en mi sangre? -dijo...

Mi sangre ríe como ríe la primavera sobre los campos.

Mi sangre late como la vida de la tierra en primavera...

Mi sangre está ardiendo como el mediodía de la primavera.

La primavera se ha metido de incógnito en mi cuerpo.

Y de veras, yo sé que no es ya el tiempo. Porque detrás de mis cristales el viento arrastra a la nieve ya. Porque por mi corazón pasaron el verano y el otoño y he sentido golpear ráfagas heladas.

¡Pero hoy todo mi cuerpo es una hoguera!

-Mujer -soplé en su oído-, el tren pasa a las 12...

* * *

Y ¿qué pasó, luna?, di, ¿qué pasó?

-Al día siguiente se corrió en el pueblo que aquella señora se había fugado con el maquinista. Lo que era una maravilla se convirtió en la diversión chabacana del pueblo, porque ella había huido sólo con sus recuerdos y su rebeldía...

-Y ¿fue feliz?

-Yo lo dudo. Las cosas a su tiempo. Fugarse de la vida propia es cosa de pura juventud. Fue una broma magnífica que le gasté... ¿No te hace gracia?...

En fin, si tanto interés tienes por saber su paradero, pregúntale a la luna de Madrid.

La escritora Carmen Laforet.
La escritora Carmen Laforet.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_