Un estudio muestra que el cerebro humano adulto genera neuronas
El hallazgo describe cómo se diferencian las células madre cerebrales
El cerebro humano adulto no sólo tiene zonas ricas en células madre, sino que es capaz de generar neuronas en algunas (pocas) áreas. Investigadores suecos y neozelandeses han descrito cómo estas células progenitoras que se encuentran en los ventrículos laterales migran al bulbo olfatorio, donde se convierten en neuronas. La función de estas nuevas células podría ser la de reemplazar las neuronas destruidas y mantener el olfato.
Hace una década se hizo trizas uno de los dogmas clásicos de la medicina que, durante casi un siglo, negó la capacidad del cerebro adulto de crear nuevas células. No se ponía en duda que, a medida que la persona envejecía, se perdían miles y miles de células sin remedio y sin posibilidad alguna de reemplazarlas.
Primero se descubrió que esto no era así en reptiles y aves. Más tarde en mamíferos y, finalmente, en humanos. Uno de los trabajos que más evidencias aportan a la neurogénesis adulta en el cerebro humano es el que investigadores suecos y neozelandeses publican hoy en Science. "El trabajo confirma que hay neurogénesis en la especie humana y que es activa", apunta José Manuel García Verdugo, catedrático de Biología Celular de la Universidad de Valencia y uno de los mayores especialistas en neurogénesis en España.
Este grupo coordinado por Maurice Curtis, de la Universidad de Auckland, y Peter Eriksson, del Instituto de Biomedicina de Goteborg, ha conseguido comprobar la creación de nuevas neuronas en el bulbo olfatorio, un órgano de pequeño tamaño -aproximadamente un centímetro por medio centímetro- situado bajo el cerebro y cercano a la mucosa olfativa que traslada la información de los olores de la nariz a la corteza cerebral.
El origen del proceso está en los ventrículos laterales, unas cavidades rellenas de líquido encefalorraquídeo que conectan el cerebro con la médula espinal. Aquí es donde se encuentran las células madre que a través de una estructura tubular se trasladan aún sin diferenciar al bulbo olfatorio donde se transforman en neuronas.
Marcadores celulares
El hallazgo se ha conseguido gracias al uso de marcadores celulares que han permitido seguir la trayectoria y la mutación de estas células con la ayuda de microscopios electrónicos e imágenes de alta resolución obtenidas con equipos de resonancia magnética nuclear.
Este proceso había sido ya descrito en ratones en enero del año pasado, también en Science, por el equipo del mexicano Arturo Álvarez-Buylla, de la Universidad de California en San Francisco, en el que trabaja García Verdugo, que describió en detalle el mecanismo de migración. "Lo intuimos en humanos, pero no lo vimos tan claro", apunta el investigador de la universidad valenciana. Antes, a mitad de la década pasada, un grupo estadounidense detectó neurogénesis en otra parte del cerebro, la fascia dentada del hipocampo, una zona relacionada con la memoria y el aprendizaje. Sin embargo, los datos indican que en la mayor parte del cerebro se inhibe la creación de nuevas neuronas, seguramente como mecanismo evolutivo para salvaguardar la información almacenada.
En ratones está demostrado que en el bulbo olfatorio las nuevas neuronas sustituyen a las lesionadas y crean nuevas conexiones. Este proceso es fundamental para el buen funcionamiento del olfato, del que depende la supervivencia de estos animales. Más allá de la función exacta de las nuevas células o la relación que pueda tener la neurogénesis con la aparición de tumores cerebrales, el interés de los investigadores está en el largo plazo y conseguir activar las células madre de forma que puedan regenerar a voluntad células dañadas.
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