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Carod afirma que si el Estatuto catalán no cabe en la Constitución sólo queda "la vía soberanista"

Enric Company

La actualidad política, centrada estos días en la crisis del Tribunal Constitucional, se impuso ayer a los planes del vicepresidente del Gobierno, Josep Lluís Carod, que había previsto dictar una conferencia sobre El patriotismo social, motor de construcción nacional, la idea sobre la que el nuevo Gobierno catalán pretende construir su labor en esta legislatura. Pero lo que más destacó de su conferencia fue el toque de atención sobre la "colosal politización de la justicia y del derecho" que amenaza con "enviar a pique el Estatuto aprobado en referéndum por el pueblo catalán". Si así fuera, dijo, "¿qué otra vía nos queda, sino la soberanista?".

Carod habló en el auditorio del Palau de la Generalitat, en su condición de vicepresidente del Gobierno, ante unas 200 personas, entre las que se contaban cuatro miembros del Gobierno, los portavoces parlamentarios del Partit dels Socialistes (PSC) y de Iniciativa Verds-Esquerra Unida (ICV-EUiA), así como numerosos dirigentes de Esquerra Republicana (ERC).

Quizá quepa hablar más de alerta sobre la gravedad de la crisis a que inevitablemente llevaría un nuevo recorte del Estatuto que de toque de atención. Carod advirtió que si el "disminuido" Estatuto aprobado el 18 de junio es declarado inconstitucional "España tiene un problema, y grave". Resultaría que los catalanes "tal como somos y queremos ser, no cabemos en ella; que nuestro Estatuto no cabe en la Constitución", dijo.

El vicepresidente del Gobierno catalán sostuvo que un país normal no puede estar sometido "a la fragilidad permanente" originada por la "resistencia absoluta al cambio" en los núcleos de poder económico, político y cultural, "que desde Madrid mandan sobre todos".

También la actualidad política catalana se impuso sobre la proclamación de que no existe contradicción entre "giro social e impulso nacional" como pretende la oposición nacionalista. Por el contrario, Carod sostuvo que el patriotismo social es lo que puede abrir el camino al patriotismo nacional generando "expectativas de mejora social", en particular al millón de personas llegadas al país en la última oleada inmigratoria.

Carod apostó por no convertir la lengua catalana en el eje del catalanismo e hizo un llamamiento para lograr que el catalán "pueda ser la lengua de todos, no sólo de los catalanistas". Esta idea conecta con la respuesta que Carod dio a la oferta lanzada por Artur Mas para convertir al partido nacionalista, Convergència Democràtica (CDC) en "casa común del catalanismo", ante las supuestas renuncias de ERC. "Es un gran error creer que todos los que queremos garantizar nuestra continuidad nacional hemos de juntarnos en la casa común de un partido político". Eso sería tanto como afirmar que "el país es un solo partido". Quizá una apuesta de este tipo permitiría ganar unas elecciones, dijo, "pero tal vez perderíamos el país".

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En su conferencia, Carod reiteró sus ya conocidas ideas acerca de que Cataluña es "una nación en construcción", un proyecto no acabado, que no responde a ninguna esencia en particular, ni a ningún modelo étnico, ni siguiera a una lengua. Insistió en que debe ser un proyecto al que los ciudadanos se incorporen por su libre decisión.

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