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Campanas de alarma en Alemania

Los alemanes no dudan de que los videojuegos violentos aumentan la agresividad en los menores. Tanto los estudios universitarios como las encuestas realizados en aquel país lo afirman. Pero los políticos redescubren el tema cada vez que esta agresividad se manifiesta de nuevo en actos violentos reales. En noviembre, un joven de 19 años sembró el terror en un colegio de Emsdetten, en el Estado Renania del Norte-Westfalia. El agresor, que entró cargado de armas a su ex colegio, hirió a 37 personas y se pegó un tiro. Se inspiró en el mundo virtual para acabar con lo que no soportaba en el real, concluyeron los expertos y los políticos. Descubrieron luego su afinidad por las armas y los videojuegos similar a la de otro autor de un masacre escolar que sucedió hace cuatro años en Erfurt.

Las campanas de alarma sonaron de inmediato. En Alemania no existe un marco legal especialmente para los videojuegos, pero sí aquel que asegura la protección del menor en general. Otra ley prohíbe la representación "glorificadora" de "actos violentos crueles e inhumanos contra humanos o seres similares a los humanos".

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