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El futuro de Europa

La astuta jugada de Erdogan

Andreu Missé

Los efectos prácticos de la astuta jugada del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan no son fáciles de dilucidar, según medios comunitarios. Entre los embajadores de los Veinticinco no existía consenso sobre si la propuesta turca de abrir un puerto y un aeropuerto a Chipre sería suficiente para neutralizar la recomendación de la Comisión Europea de suspender las negociaciones sobre ocho de los 35 capítulos.

Como se recordará, el pasado 29 de noviembre la Comisión acordó recomendar la suspensión de las negociaciones en ocho capítulos: libre movimientos de mercancías (capítulo 1); derecho de establecimiento y libertad de servicios (3); servicios financieros (9); agricultura y desarrollo rural (11); pesca (13); política de transporte (14); unión aduanera (29), y relaciones exteriores (30).

La propuesta de la Comisión ya creó cierta división entre los Estados miembros. Reino Unido, España, Italia, Suecia y Estonia consideraban excesivo el número y estimaban que sólo los directamente vinculados al incumplimiento del protocolo de Ankara (que obliga a Turquía a abrir sus puertos y aeropuertos a Chipre) estaban justificados. Según estos países, la suspensión debería afectar sólo a tres (movimiento de mercancías, política de transporte y unión aduanera). Otros, como Grecia, sugirieron una suspensión más amplia que, según comentarios de pasillos, podía afectar a 12 o incluso hasta 17.

La decisión, en cualquier caso, la deberán tomar los ministros de Exteriores en la reunión del Consejo del próximo lunes. Las posiciones están divididas y nadie se atreve a pronosticar si el gesto de Turquía puede anular la suspensión de las negociaciones en ocho capítulos o limitarla a tres. La presidencia finlandesa, que se apuntaría un importante tanto diplomático si la propuesta madura, fue muy prudente. El titular de Exteriores, Erkki Tuomioja, manifestó que la propuesta precisaba más aclaraciones y concreciones.

Angela Merkel, canciller de Alemania, país que ocupará la presidencia de la UE a partir del próximo enero, manifestó ayer que "quería apoyar las gestiones de Finlandia por todos los medios". También el primer ministro italiano, Romano Prodi, saludó "la apertura" de la iniciativa turca y mostró su disposición para trabajar en una solución.

A pesar de los intensos esfuerzos de la diplomacia finlandesa para evitar que el tema de Turquía contaminase la próxima reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, todas las fuentes consultadas coinciden en señalar que el asunto se arrastrará hasta la cumbre que se celebrará en Bruselas los próximos 14 y 15 de diciembre.

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