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El Liceo presenta una versión psicológica de 'Lucia di Lammermoor'

Robert Carsen dirige la ópera de Donizetti, de la que el teatro ofrece 18 funciones

La locura ha sido fuente inagotable para el arte; y en el arte de la música, la ópera ha creado algunas de las escenas más memorables. La que escribió Donizetti para Lucia di Lammermoor (1835) es una de las más célebres. Esta noche subirá al escenario del Liceo en el estreno del segundo de los títulos de su temporada, en una producción de la Ópera de Zúrich firmada por Robert Carsen en la que el director de escena se aproxima a esta ópera de exaltación romántica desde una visión psicológica.

Lucia di Lammermoor es una de las cinco óperas más representadas en la historia del Liceo, adonde regresa con un triple reparto que afronta las 18 funciones previstas desde hoy hasta el próximo 4 de diciembre. Las sopranos Patrizia Ciofi, que debuta en el teatro, Edita Gruberova y Mariola Cantarero se alternarán en el papel protagonista, al que darán réplica los tenores Josep Bros, Giuseppe Filianoti y Tito Beltran. La dirección musical correrá a cargo del catalán Josep Caballé-Domènech, quien con esta obra asume su primera ópera representada en el Liceo como principal responsable musical del montaje, que cuenta con una segunda batuta, el italiano Antonello Allemandi, quien dirige cuatro funciones.

El canadiense Robert Carsen, responsable de esta producción de principios de la década de 1990, se acerca a Lucia di Lammermoor desde un ángulo científico. La trágica historia romántica de Lucia, que en la Escocia del finales del siglo XVI, en plena guerra civil, enloquece al constatar que tras casarse forzada por su hermano, su verdadero amor no la había abandonado, es abordada por Carsen desde la locura de Lucia como si de un paciente de un sanatorio mental se tratara.

Escénicamente, Carsen prescinde del decorado que reproduce grabados románticos y vestuario con cuadros escoceses para trasladar la acción al último tercio del siglo XIX, en pleno desarrollo de la psicología. El decorado, sobrio y oscuro con voluntad de crear un ambiente claustrofóbico, se inspira en elementos del Panteón romano presentados en inestable desequilibrio, y pretende transportar al espectador a la severidad de la era victoriana.

Pese a esta visión psicológica, tanto la soprano Patrizia Ciofi como el tenor Josep Bros aseguran que la personalidad romántica de los personajes no cambia. "El contraste da relieve a los personajes románticos", asegura Bros. Ciofi, por su parte, afirma que la producción no cambia al personaje de Lucia, del que dice que "interpretarlo es siempre como andar por la cuerda floja". "Es uno de los papeles más complejos, vocal y escénicamente, de todos los escritos para soprano lírica ligera", concluye.

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