"¿Candidato a palos? Eso es un tópico sin recorrido"
Asegura que no le ha convencido el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para que se presente como cabeza del cartel electoral del PSOE en las próximas elecciones autonómicas en Canarias. Desmiente, por tanto, que sea un "candidato a palos", como le tildan sus adversarios. "El compromiso que quiero llevar al Gobierno de Canarias consiste precisamente en darle dignidad y altura a la política con mayúsculas, y además, en practicarla de otra forma", dice.Fue notorio que prefería agotar su tiempo previsible de ministro de Justicia en el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero éste convenció (el último verano, en Lanzarote) a López Aguilar de que debía dejar a un lado sus reticencias a competir por la presidencia de Canarias. Parecía que no quería ir, y por eso le han llamado ya sus adversarios "el candidato a palos". Estará de ministro hasta que se convoquen las elecciones autonómicas, pero ya hace campaña. Siempre dibuja mientras responde. Y como no puede estar sin algo en la mano, le robó el bolígrafo al periodista.
"Voy para ganar. No puede preocuparme ninguna alegación que tenga tintes personales cuando tengo la vista tan puesta en principios y en políticas"
"Este Gobierno es el que ha articulado todas las respuestas relevantes para el desafío que afecta a la inmigración clandestina"
Pregunta. Usted no quería ir a Canarias.
Respuesta. En esta legislatura me tocó ser ministro de Justicia, un trabajo muy exigente. Me he centrado en él. El tiempo de este trabajo es el de una legislatura. Es lógico que lo haya proyectado con ese tiempo por delante. Pero ser socialista en el siglo XXI significa trabajar por la emancipación, por la libertad y por la igualdad. Y he escuchado a mucha gente que me ha trasladado la esperanza de cambio y su confianza en que yo lo lidere. Durante meses este mensaje ha sido incesante en Canarias, y me ha convencido de que por ser difícil y sobre todo necesario es mi deber asumirlo.
P. El mensaje fue insistente porque usted no quería ir.
R. Las elecciones son en mayo de 2007. A medida que se han ido acercando ha sido cada vez más unánime e inapelable la llamada a mi responsabilidad para liderar ese cambio.
P. Y ahora que va ¿por qué no quería ir?
R. Corrijo el enfoque: no voy, soy de Canarias, soy canario, he nacido y vivo en Canarias. No necesito permiso de nada ni de nadie para actuar en todos los planos. Represento a Canarias en el Parlamento de la nación, y estoy en el Gobierno de España, una tarea a la que me dedico el 300%. Pero la gente, con mucha convicción y de manera insistente, ha solicitado que empuje para traer a Canarias el mismo impulso de cambio que los socialistas hemos impreso al Gobierno de España desde 2004, y hacerlo desde 2007, después de 15 años de gobiernos faltos de cohesión, faltos de rumbo y sobre todo faltos de resultados...
P. Con ese tipo de respuestas usted podría ser también jefe de la diplomacia...
R. Hay un contenido y un acento canario en todo lo que hago. Y eso se ha notado en mi acción de Gobierno. He cimentado una agenda canaria que era parte de nuestro programa de Gobierno: una inversión extraordinaria en el sistema canario de salud, en políticas específicas como las ayudas al transporte de personas y mercancías, acciones concretas en el marco de la construcción europea... Hay esa conciencia canaria de la singularidad política, y mis compañeros me han pedido que lidere yo el desafío. Y lo voy a hacer con plena conciencia de que ser canario es una forma de ser español singular y específica, tan digna como todas las demás.
P. ¿Cuándo le convenció Zapatero?
R. No ha intentado convencerme, no me ha convencido. Hemos dialogado fraternalmente sobre mis convicciones en relación con la política canaria... Hemos conversado sobre la oportunidad de contribuir a hacer buena política, política noble, política bella. José Luis cree que es el momento de liderar un cambio en la política y en el modo de hacerla en Canarias...
P. ¿Qué no le gusta a usted de la política que se hace en las islas?
R. Compulso un estado de opinión que descree de la vinculación de las instituciones al interés general, que descree de la voluntad de servir al interés general de quienes han estado en el Gobierno en los últimos años y que deplora un estilo en el que abundan la reyerta, la descalificación personal, la trapisonda o la puñalada... Lo escucho todos los días. Es el momento de recuperar la política para la ciudadanía.
P. La tradición electoral canaria dice que si usted gana tendría que convivir con esa política que dice deplorar.
R. Yo enaltezco la política como una dimensión excelente de la condición humana. Y apuesto desde siempre por la dignidad de la política con mayúsculas. No es la finca de nadie. La política que dice usted que deploro es la que la ciudadanía percibe como desconectada de las aspiraciones de la inmensa mayoría y sobre todo practicada con malos modos y con mal estilo. El compromiso que quiero llevar al Gobierno de Canarias consiste precisamente en darle dignidad y altura a la política con mayúsculas y además en practicarla de otra forma. De modo que me he propuesto desterrar la descalificación personal e ir directamente al corazón de la mayoría que creo que de forma inequívoca quiere un cambio.
P. Está usted empezando la campaña electoral.
R. Es que hay elecciones, y de eso se trata en democracia.
P. Esos adversarios suyos de ahora pueden ser sus compañeros de Gobierno, si usted logra formarlo...
R. En Canarias ha habido mayorías. Un gobierno monocolor socialista construyó la autonomía. No acepto de ninguna manera el fatalismo sobre la política ni en Canarias ni en ninguna parte, y reclamo coraje para apostar por el cambio y para sumar todos los votos; es más necesario que nunca.
P. Sus adversarios, y no sólo los nacionalistas, dicen que usted es el candidato a palos. ¿Le preocupa como arma electoral ese juicio?
R. No, no lo soy. Voy a Canarias por convencimiento, tras reflexionar la decisión. Y voy para ganar. No puede preocuparme ninguna alegación que tenga tintes personales, cuando tengo la vista tan puesta en principios y en políticas. ¿Cómo me va a preocupar un estereotipo fabricado sin ningún recorrido?
P. La inmigración va a ser el gran debate electoral. ¿Se durmió el Gobierno español?
R. Este Gobierno ha sido el único en toda la historia de España en hablar en serio de los problemas serios, sin ocultación, sin propaganda. El fenómeno arrancó hace diez años, en los primeros tiempos del Gobierno de Aznar, y nunca se había afrontado con tanta franqueza y tanto coraje... Este Gobierno es el que ha articulado de la nada todas las respuestas relevantes para la parte del desafío que afecta a Canarias y de manera especial a la inmigración clandestina, la que llega por mar, en cayucos... Hemos multiplicado el despliegue diplomático y la cooperación en material de inteligencia y seguridad con todos los países de la cornisa atlántica africana. Este Gobierno también ha multiplicado por tres todas las ayudas al desarrollo y por cuarenta todas las partidas necesarias para gestionar los flujos migratorios que llegan clandestinamente a Canarias. Estamos ante un reto planetario cuya proyección histórica nunca se había dado en el pasado. Y estamos respondiendo.
P. ¿Tiene datos para desmentir a las autoridades canarias y a los ciudadanos que tienen la impresión de ya no caben más?
R. Cada año llegan millones de personas, también a Canarias, y tenemos que garantizar la sostenibilidad de nuestro orden de convivencia. Y cada gobierno local ha de arrimar el hombro, y además preparar el futuro sin meterle miedo a la gente, sin estimular sentimientos negativos y sin ninguna transigencia con la reacción, con la xenofobia, con el egoísmo y con la falsificación de ningún sector de la sociedad... Esos africanos que salen a diario en los informativos están siendo tratados con respeto y son derivados a la Península o repatriados con total regularidad. Ninguno se queda en Canarias, y eso los canarios deben saberlo. Salen en los telediarios, pero no están en las calles de Canarias.
P. Le reprochan que siga en el Gobierno siendo ya candidato...
R. Las elecciones se convocan el 3 de abril de 2007. Quedan siete meses largos, tengo mucho trabajo por hacer, y no tendría por qué dejar el Gobierno hasta que empiece la campaña. Así ha sido siempre que un ministro opta a una candidatura autonómica.
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