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Unas obras destapan un refugio olvidado de la guerra en la calle de Joaquín Costa de Barcelona

El sótano ocupa un pasillo de unos tres metros y una sala de seis metros cuadrados

Los vecinos del bloque que ocupa el número 8 de la calle de Joaquín Costa de Barcelona encargaron hace unas semanas unas obras porque habían detectado la existencia de humedades. La brigada que empezó a trabajar supuso que en el subsuelo podría haber una fosa séptica, pero al abrirlo apareció una arqueta y, a continuación, un pasillo que llevaba hasta una sala abovedada. Todo indica que se trata de una antigua bodega convertida en refugio durante la Guerra Civil. El Museo de Historia de la Ciudad analizará la instalación la próxima semana.

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Ramón Priego Martínez, de 44 años, es el encargado de las obras. Empezó hace unos días los trabajos convencido de que se iba a encontrar una especie de sifón donde desembocaran las aguas fecales de la finca. Aquello pintaba mal y olía peor. Se empezó a levantar la tapa de lo que parecía ser una arqueta cuadrangular de 1,20 metros de lado. Los operarios bajaron como pudieron y en un lateral apareció la sorpresa: un pasillo que daba a algún lugar, imposible de adivinar debido a la cantidad de materiales acumulados.

De inmediato se dio aviso al Ayuntamiento de Barcelona. No hizo falta mucho porque la Guardia Urbana estaba presente debido a que fue necesario afectar al tráfico de la calle. El análisis de la instalación lo hará el Museo de Historia de la Ciudad, pero el primer técnico que acudió no pudo ni siquiera entrar. Lo hará la semana que viene.

Una vez los operarios han eliminado una parte importante de los residuos, lo que ha aparecido es un pasillo de unos tres metros de longitud que conduce a una sala de tres metros de ancho por otros dos de largo. El suelo es de loseta catalana roja, de 20 centímetros de lado, y no está en mal estado. El techo es una bóveda y Priego estima que la construcción tiene entre 100 y 150 años. Las paredes están muy deterioradas por la humedad, pero pueden ser rescatadas.

Es posible, dice Ramón Priego, que en un principio se usara como bodega y que en los años de la Guerra Civil se utilizara como refugio contra los bombardeos, aunque él no había encontrado ninguno antes.

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Así opina también el Ayuntamiento de Barcelona. "No lo teníamos detectado, pero en esa zona hay varios refugios", explicó un portavoz municipal que aseguró que el asunto está ya en manos de los técnicos del Museo de Historia de la Ciudad, que es el que se encarga de estos casos.

El proceso habitual es que los responsables de la obra lo comuniquen a la Guardia Urbana y ésta directamente al Museo de Historia sin pasar, en muchas ocasiones, ni siquiera por el Distrito.

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