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Reportaje:

Elegante George

14.000 'fans' arropan a la estrella británica en su primera actuación en Madrid

Hacía mucho tiempo que no se producía tanta concentración de gente tan impoluta por metro cuadrado en un recinto de conciertos de la capital de España. Las mujeres más bellas y bronceadas, los jóvenes de pelo bien cortado y ropa de marca, algunos maduritos y, los menos, jóvenes que acababan de cumplir 20 años. Así hasta completar los 14.500 espectadores de aforo con los que cuenta el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, con una zona de invitados y prensa que parecía el metro en hora punta.

El responsable de tamaño alarde de belleza y simpatía era, naturalmente, el británico George Michael, dueño de una planta que, a pesar de las ya más o menos evidentes redondeces propias de sus 43 años cumplidos este verano, le revela como uno de los personajes musicales más elegantes de los, al menos, últimos 20 años de música popular en todo el mundo.

Puro pop intrascendente, romántico, bailable y de vocación masiva

Su escala del pasado martes en Madrid, tras actuar en Barcelona, formaba parte de la primera gira que realizaba en 15 años con escala en España.

Hay que ver lo bien que le caía el traje -lució dos en la actuación- y lo estupendo que lo supo mover por el escenario a lo largo de las dos horas, aproximadamente, que duró su concierto en Madrid.

Ya desde el primer compás, el público, que había pagado entre 40 y 72 euros por las entradas, se rindió a sus cualidades de Petronio, su barba de dos días y su esplendorosa voz, capaz de sacarle partido al soul pop blanco con innegable maestría.

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Diciendo algo parecido a "buenas noches, señoras y señores" -a veces el español de los ingleses es sensiblemente peor que el inglés de los españoles-, el ex cantante de Wham se lanzó a conquistar a los asistentes, situándose en el centro de un espectacular escenario en el que dominaba una especie de enorme cierre metálico que se doblaba y que hacía las veces de ciclorama, pantalla de proyecciones -impresionantes, por cierto- y suelo, todo en uno.

A ambos lados del escenario, los músicos y los ocho vocalistas se disponían en dos torres de andamios de tres niveles y más pantallas de vídeo situadas estratégicamente al frente del escenario y a los lados ayudaban a que el público no se perdiera una sola de las evoluciones del artista, quien pasó la mayor parte del tiempo en mitad del escenario, de pie o sentado, aunque en varias de las canciones se hizo acompañar por los coristas y un percusionista con sus congas.

Entre el público se podían divisar caras conocidas, como las del cantante Miguel Bosé, el presidente de la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes, Luis Cobos, o el futbolista Iván Helguera, entre muchos otros, todos ávidos de no perderse ni una sola de las evoluciones en escena de un George Michael de sonrisa perenne.

En cuanto al repertorio, brillaron en la primera parte esplendorosamente los temas más movidos del ídolo: Awaiting, Too funky y un Shoot the dog con el que cerró el concierto, ayudándose de un vídeo en el que las críticas a Bush y Blair eran absolutamente vitriólicas y que fue coronado con un enorme muñeco hinchable que representaba a Bush con un puro en una mano y un whisky en la otra y al que un perro vestido con la bandera británica practicaba, o al menos así lo parecía, una evidente felación.

Sin embargo, el espectáculo decaía en los temas lentos, muchos y, aunque Michael los interpreta estupendamente, no es lo mejor de su abundante discografía.

Tras un innecesario parón de 20 minutos, el artista regresó al escenario con su popular tema Faith y la fiesta continuó, esta vez más movidita y con el personal creyéndose ya en una discoteca, en lugar de en un recinto de conciertos. Especialmente bueno fue el fin de fiesta, en el que incluyó I'm your man, Outside, la emocionante Careless whisper y un Freedom'90 que dejó el listón en todo lo alto. Al salir, a los asistentes se les veía imbuidos de esa felicidad inherente a la música de este provocativo y querido personaje, puro pop intrascendente, romántico, bailable y de vocación masiva, como se comprobó en su actuación.

Un chico guapo y con coraje

Aunque para el gran público George Michael sea conocido por haber intentado ligar en unos lavabos con un policía camuflado en la poco liberal América de finales del siglo XX, lo cierto es que ésa es una minúscula anécdota; la milésima parte de una biografía llena de interés en lo musical.

Nacido como Georgios Kyriacos Panayiotou, el 25 de junio de 1963 en Bushey, al norte de Londres, ya desde pequeño apuntó hacia la música. Con sólo 19 años haría tándem con el músico Andrew Ridgeley en el grupo Wham, banda que liberó al pop británico de los ochenta del pesimismo afterpunk y le reconcilió con el gran público mediante una hábil mezcla de pop de chicle, ritmos de baile y cierto aire soul. La apuesta cuajó en exitosos álbumes como Fantastic, Make it big y The final/music from the edge of heaven. En 1987 inicia su carrera en solitario con un bombazo, el álbum Faith, con el que consigue un tremendo éxito en el mundo.

Tras él los éxitos seguirían con Listen without prejudice y Older', no sin sobresaltos contractuales con las compañías discográficas con las que grababa. En 1998 sucedió el incidente citado con la policía de Beverly Hills y Michael tuvo que arrastrar una campaña de desprestigio a la que hizo frente con coraje y devolviendo las bofetadas una por una, con vídeos más que explícitos y un valiente anuncio en televisión de su homosexualidad. En 1999 publicó Songs from the last century, un homenaje al siglo que finalizaba con temas de Sting, Brian Eno y otros artistas, y cinco años después llegó Patience, que debutó como número uno en Reino Unido y número dos en Australia.

Ha hecho duetos con Elton John, versioneado a los Queen en homenaje a Freddy Mercury y, en el concierto global Live 8 en 2005, George unió su voz nada menos que a la de Paul McCartney para interpretar el añejo Drive my car. En la actualidad está trabajando en un nuevo disco de estudio. ¿Estarán sus nuevas composiciones a la altura de sus éxitos Careless whisper, Father figure, I want your sex o Freedom? Dentro de poco se verá.

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