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CiU obtendría 11 diputados más que el Partit dels Socialistes de celebrarse ahora las elecciones

A 39 días de la cita electoral en Cataluña, Convergència i Unió (CiU) saca una cómoda ventaja de 5 puntos y casi 11 escaños sobre su principal adversario, el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), según una encuesta elaborada por el Gabinete de Estudios Sociales y Opinión Pública (GESOP) y publicada ayer en El Periódico. La clave está en que la federación nacionalista liderada por Artur Mas consigue mantener la fidelidad del electorado que la votó en las últimas elecciones autonómicas de 2003, mientras que el PSC tiene apuros para conservar el apoyo de los suyos.

El estudio, elaborado a partir de 800 entrevistas, revela que el 84,3% de los que dieron su voto a CiU lo volverán a hacer el 1 de noviembre, seguidos del 76,3% de simpatizantes ecosocialistas que volverán a votar Iniciativa Verds-Esquerra Unida (ICV-EUiA). También repetirán el sentido de su voto el 70% de los que se inclinaron por el Partido Popular (PP) en 2003 y el 66,1% de los votantes del PSC. Tan sólo el 55,6% del electorado republicano de 2003 revalidará su apoyo a ERC.

Si las elecciones se celebraran hoy, CiU obtendría la victoria con el 34,5% de los votos, seguida del PSC (el 29,5%), que desciende un punto y medio respecto 2003. En tercer lugar se sitúa ERC con el 16,4%, el PP con el 10,5% y, finalmente, ICV-EUiA con el 9%. Los republicanos son los que más desfavorecidos salen de la encuesta, pues pierden 3,1 puntos y entre tres y cuatro escaños en el Parlament. Los populares bajan 1,4 puntos desde 2003 y los ecosocialistas que, junto con CiU, son los únicos que escalan en votos, ganan 1,7 puntos y entre uno y dos escaños. A pesar del estirón y la superioridad de la federación nacionalista, ésta no obtiene la mayoría suficiente para gobernar en solitario y, según los resultados del estudio, los socios que conformaron la alianza tripartita de izquierdas siguen sumando. Aunque la aritmética parlamentaria también permite el pacto entre CiU y PSC -la llamada sociovergencia- y entre nacionalistas conservadores e independentistas.

Las reacciones de las formaciones políticas al primer sondeo posvacacional no tardaron en llegar. El aspirante socialista a la presidencia de la Generalitat, José Montilla -a quien tan sólo el 39,7% de los que votaron al PSC en 2003 manifiestan su apoyo incondicional- reconoció ayer que deberá esforzarse en hacer ver al electorado que su partido tiene "un nuevo candidato y un nuevo discurso". Montilla indicó que su partido tratará de "movilizar al votante socialista y a otros que tradicionalmente se abstienen en las elecciones autonómicas".

Desde las filas de CiU, su secretario general, Josep Antoni Duran Lleida, afirmó que la encuesta refleja que "Montilla ha pinchado". "Hay una mayor preferencia hacia Artur Mas como candidato a la Generalitat que hacia Montilla", añadió.

Pese a que el sondeo pronostica un descenso de ERC, Josep Lluís Carod aseguró que su partido "está remontando" y "superará los 23 diputados", los que actualmente tiene en el Parlament.

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Desde las filas populares, su candidato, Josep Piqué, expresó que tiene "buenas vibraciones" porque "casi nadie" admite apoyar al PP en las encuestas.

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