Más de 2.000 personas han sido atendidas por picaduras de 'mosca negra' en el sur de Tarragona

Los servicios médicos de los ambulatorios de comarcas del Ebro, ubicadas en el sur de la provincia de Tarragona, atendieron durante junio, julio y agosto 2.005 picaduras de la mosca negra, 113 más que el mismo período del año anterior. El número de asistencias se redujo en agosto gracias a los efectos del tratamiento del río Ebro para mermar la plaga y al ciclo vital del insecto.

La jefa de saneamiento ambiental de los servicios territoriales del Departamento de Salud, Cinta Homedes, precisa que la mosca negra es un insecto autóctono de las comarcas del Ebro pero que nunca ha existido una colonia tan numerosa como la que en los últimos años ha atacado a los habitantes de la zona. Los efectos de la picadura de este insecto, mucho más pequeño que una mosca común y que ataca en grandes cantidades, son una inflamación local, a menudo sangrante y una hinchazón (edema).

Para controlar la plaga, antes de primavera la Generalitat realiza un tratamiento con un insecticida específico en el río Ebro, en cuyas algas anida la mosca negra y se desarrollan sus larvas. Homedes explica que el tratamiento del río se realizó este año demasiado tarde, lo que produjo una fuerte presencia de la mosca negra en los primeros meses estivales. Por ello, a medida que avanzaba el verano, se redujo el número de afectados por las dolorosas picaduras.

Por otra parte, el Ayuntamiento de Cerdanyola del Vallès, localidad situada a unos 25 kilómetros de Barcelona, ha advertido a la población de que las lluvias caídas la pasada semana podrían fomentar la proliferación de larvas del mosquito tigre por el estancamiento de aguas. El mosquito tigre es un insecto que hace dos años llegó a la comarca del Vallès procedente de las selvas húmedas del sureste asiático, es muy agresivo y está proliferando. Puede atacar en pequeños grupos y la intensidad y frecuencia de sus picaduras es superior a la de los mosquitos autóctonos.

El consistorio de Cerdanyola, prevé multas de hasta 600 euros para las personas que incumplan la normativa específica contra el insecto y mantengan agua estancada en sus casas.