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Hallados 60 cadáveres en Bagdad de víctimas de la violencia sectaria

El fiscal del juicio contra Sadam Husein pide la dimisión del juez por parcialidad

La policía ha recuperado en un solo día los cadáveres de 60 personas en Bagdad, la mayoría maniatada y con signos de tortura, según el Ministerio del Interior iraquí, en una nueva muestra de la ola de violencia sectaria que sacude la capital. Además, al menos 22 personas murieron en dos atentados con coche bomba. Mientras, el fiscal del juicio que se celebra contra Sadam Husein por genocidio pidió la dimisión del juez principal, al que acusa de parcialidad.

Miembros del Ministerio del Interior confirmaron ayer que durante las pasadas 24 horas se habían descubierto junto a las orillas del río Tigris los cadáveres de 60 personas, asesinadas recientemente. La mayoría de los cuerpos, 45, fueron encontrados en la zona oeste de la ciudad, dominada por los suníes, según The New York Times. Los otros 15 fueron hallados cerca del bastión chií de Ciudad Sáder, al este de la capital. La policía no había logrado identificar ninguno de los cadáveres.

"Hemos tenido días peores", afirmaron, sin embargo, desde el Ministerio del Interior. "Algunas veces hemos enviado 65 o incluso 100 cadáveres a la morgue".

La mayoría de las víctimas estaba atada, con señales de tortura y con disparos en la cabeza, las marcas distintivas de los escuadrones de la muerte chiíes y suníes y de las bandas de secuestradores, que siguen actuando pese al plan de seguridad puesto en marcha en agosto por EE UU en la capital.

Según un informe de la ONU de hace dos meses, 100 personas fallecían al día en el país a causa de la violencia sectaria. En agosto, 1.584 personas murieron de forma violenta sólo en la capital, según el Ministerio de Sanidad.

Ayer mismo, dos coches bomba causaron al menos 22 muertos y 76 heridos en Bagdad. El primero mató a 14 personas, entre ellas dos agentes, al estallar en plena hora punta fuera de la sede de la policía de tráfico. El segundo estaba dirigido contra una patrulla que vigilaba una central eléctrica, y causó ocho muertos. Por otra parte, el Ejército de EE UU anunció que un soldado había muerto por una "acción enemiga" en la provincia de Al Anbar.

Los dirigentes iraquíes y estadounidenses opinan que la mayor amenaza para Irak ya no es la insurgencia suní que apoyaba al derrocado Sadam Husein, como en los primeros años de la invasión de EE UU, sino la violencia que enfrenta a suníes y a chiíes, y que podría desembocar en una guerra civil abierta. Los líderes parlamentarios iraquíes no lograron ayer salir del punto muerto en que se encuentran en relación con el federalismo: la mayoría chií quiere una gran autonomía para las provincias del sur, ricas en petróleo, para equipararse a las zonas kurdas del norte. Por su parte, los suníes piden que se modifique la Constitución para fortalecer el papel del Gobierno central de Bagdad.

El primer ministro, el chií Nuri al Maliki, se reunió ayer con el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, en Teherán. Los dirigentes iraníes, también chiíes, han ofrecido apoyo a la seguridad iraquí. EE UU acusa a Irán de financiar a milicianos.

"Expresiones inaceptables"

Mientras, el fiscal del juicio que se sigue en Bagdad contra Sadam Husein pidió ayer la dimisión del juez principal del caso, al que acusa de parcialidad por ser demasiado suave con el derrocado dictador. "Los acusados han ido demasiado lejos con expresiones y palabras inaceptables. Los acusados han lanzado claras amenazas", dijo Munqith al Farun, que añadió que la sala se había convertido en un "foro político" para Husein y los seis coacusados.

El juez principal, Abdullah al Amiri, rechazó la petición, y defendió su forma de llevar el juicio al recordar que un sucesor del profeta Mahoma permitió a los acusados expresar sus opiniones. Además, añadió que cuenta con 25 años de experiencia. Husein está acusado del genocidio de decenas de miles de kurdos en la campaña de Al Anfal, a finales de los años ochenta. La fiscalía cifra en 182.000 los muertos.

El día anterior, Husein había arremetido contra "los agentes de Irán y del sionismo", después de que la acusación dijera que los rebeldes kurdos que pretendía aplastar luchaban contra su "dictadura y tiranía". Husein también amenazó a los acusadores con "aplastar sus cabezas".

Mujeres y niños iraquíes lloran la muerte de sus familiares ayer en Bagdad.
Mujeres y niños iraquíes lloran la muerte de sus familiares ayer en Bagdad.EFE

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