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El FMI estima que la economía española reducirá al 3% el crecimiento en 2007

La zona euro y Japón confirman su recuperación frente a la desaceleración de EE UU

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la economía española crecerá un 3% en 2007, dos décimas menos de lo que estimaba el pasado abril, y alerta, como ha hecho en otras ocasiones, del riesgo que supone la aparente sobrevaloración del mercado inmobiliario en España. En su último informe bianual de Previsiones Económicas Mundiales, el FMI confirma la recuperación de la zona euro y Japón, frente a la desaceleración que anticipa para la economía estadounidense.

A pesar de la rebaja aplicada a la previsión de crecimiento para el año que viene, el FMI estima que el PIB español cerrará 2006 con un avance del 3,4%, una décima por encima de lo que esperaba en abril. España será el quinto país de la zona euro que más crecerá este año (tras Irlanda, Luxemburgo, Grecia y Finlandia) y será el cuarto en 2007 (Finlandia perderá posiciones).

Pero la economía española no se libra de los dos grandes males que la lastran: la inflación y el penoso balance de su sector exterior. Los precios al consumo aumentarán este año un 3,8%, casi el doble del objetivo de estabilidad al que deben aspirar los países de la zona euro, aunque el año que viene se moderarán hasta el 3,4%. Menos halagüeñas son las previsiones de déficit por cuenta corriente, que este año alcanzará el 8,3% del PIB y que aumentará hasta el 8,7% en 2007. El FMI recomienda a España que aplique una política fiscal más restrictiva a corto plazo, a pesar de su superávit presupuestario, con el fin de contener las "presiones de la demanda".

Advertencias inmobiliarias

El FMI repite en su informe la advertencia que viene lanzando a las economías avanzadas, como la española, cuyos mercados inmobiliarios han experimentado en los últimos años un crecimiento que algunos expertos se atreven a calificar de propio de una burbuja. El riesgo, advierte la entidad que dirige Rodrigo Rato, es que el "enfriamiento" de dichos mercados se acabe traduciendo en una menor riqueza para las familias y ello menoscabe su capacidad de consumo. "A este respecto, la preocupación se centra en Estados Unidos, aunque otros mercados, como los de Irlanda, España y Reino Unido, parecen estar todavía sobrevalorados de acuerdo con las mayoría de las mediciones convencionales", señala el Fondo. El peligro acecha, añade el FMI, porque los precios de la vivienda en España, Irlanda y Reino Unido "podrían sufrir presiones en un entorno en el que los tipos de interés están subiendo".

El panorama para la economía mundial sigue destilando optimismo. El FMI estima que el PIB del planeta crecerá un 5,1% este año y un 4,9% en 2007, tres y dos décimas, respectivamente, por encima de lo que estimaba en su informe de perspectivas de abril. El análisis de las cifras, por áreas, muestra como novedad la moderación de la pujanza de Estados Unidos, que ha sido (con China) el gran motor de la maquinaria mundial en los últimos años. La primera economía del orbe crecerá un 3,4% este año, sin variación sobre lo previsto en abril, aunque en 2007 sólo ganará un 2,9%, lo que supone un recorte de cuatro décimas respecto a lo que el FMI esperaba en abril.

La zona euro (mejora hasta el 2,4% en 2006, el mayor ritmo en seis años, y el 2% en 2007) y Japón, que crecerá un 2,7% este año y un 2,1% en 2007, confirman su recuperación tras años de atonía. La revitalización de la demanda interna en la zona euro ha sido del factor clave de su renovado impulso, sobre todo el experimentado por Alemania. El aumento del IVA en el país germano el año que viene (que incitará al consumo este año y lo frenará en 2007) explica la moderación de la previsión del FMI.

La economía china no ha agotado su capacidad para sorprender: se revisa al alza su expectativa de crecimiento, cinco y diez décimas más respectivamente para 2006 y 2007, hasta un 10%. Latinoamérica mantiene su vitalidad, con un avance del 4,8% este año y del 4,2% el próximo.

Con todo, a pesar de que, como señala el FMI, el mundo vive "el periodo de cuatro años de mayor expansión desde la década de los setenta", hay nubes en el horizonte. Dos son los nuevos temores que el organismo. Uno, la mencionada posibilidad de que el mercado inmobiliario en Estados Unidos se enfríe con más rapidez de lo esperado, con consecuencias que serían notables en la economía que aporta la tercera parte del PIB mundial. Otro, que las presiones inflacionistas obliguen a los bancos centrales a acelerar el ritmo de las subidas de tipos de interés. En este sentido, el FMI reconoce por primera vez que el encarecimiento del petróleo se está trasladando al resto de la economía, como demuestran las recientes lecturas de inflación subyacente (que no contempla, precisamente, los alimentos y la energía, factores más volátiles), las encuestas de expectativas de inflación y los costes laborales unitarios, sobre todo en EE UU.

El Fondo no olvida el riesgo que los fuertes desequilibrios exteriores pueden acarrear. El déficit por cuenta corriente de Estados Unidos, que en 2007 alcanzará el 6,9% de su PIB, frente a los superávit de Japón, China y los exportadores de petróleo, supone una amenaza ante la posibilidad de un "ajuste desordenado", por ejemplo mediante una brusca depreciación del dólar.

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