Un ex viceministro de Bush filtró el nombre de la agente de la CIA
Richard Armitage, viceministro de Estado durante el primer mandato del presidente estadounidense George W. Bush, ha admitido haber sido la fuente de uno de los periodistas que desveló el nombre de la agente secreta de la CIA Valerie Plame en 2003. El abogado de Armitage ha afirmado que el ex vicesecretario mantuvo conversaciones con el periodista Robert Novak que desveló en una columna en julio de 2003 la identidad de la agente. Armitage se ha negado a hacer comentarios al respecto.
El escándalo Plame se remonta a febrero de 2003 cuando Bush afirmó tener pruebas que demostraban que Sadam Husein había comprado uranio enriquecido en Níger (África), justo un mes antes del comienzo de la invasión de Irak. Meses más tarde, Joseph Wilson, diplomático que había viajado a Níger, afirmó que las acusaciones de Bush no eran ciertas. Una semana más tarde, el periodista Novak publicaba que la esposa de Wilson, Valerie Plame era una agente de la CIA que trabajaba en asuntos relacionados con las armas de destrucción masiva. Revelar conscientemente la identidad de un agente secreto es un delito penado con cárcel. La importancia de Armitage en el caso empezó a emerger hace unos meses, cuando el semanal Newsweek y el diario The Washington Post publicaron artículos sobre este alto cargo durante el primer mandato de Bush se encontraba a las órdenes del entonces secretario de Estado Colin Powell.
Una entrevista informal
Según cuenta su abogado, Armitage contó al periodista Novak que Valerie Plame trabajaba para la CIA en una entrevista informal que mantuvo en su despacho cuando ocupaba el puesto de vicesecretario. Al parecer, Armitage descubrió la información en unas notas de Marc Grossman, subsecretario de Estado. Grossman investigaba entonces a Valerie Plame, ya que el vicepresidente Dick Cheney se lo había pedido a través de su jefe de gabinete, Lewis Libby. La Casa Blanca quería saber si Valerie Plame había influido en el nombramiento de su marido como diplomático encargado de verificar si Sadam Husein había comprado uranio enriquecido.
Algunos opositores de Bush afirmaron que la Casa Blanca había filtrado a la prensa el nombre de la agente como represalia por las críticas de su marido Wilson a la guerra de Irak. El fiscal especial encargado del caso Plame, Patrick Fitzgerald, acusó a Libby por perjuicio y obstrucción a la justicia. El escándalo hizo que Libby dimitiera de su cargo como jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney. El arquitecto de la campaña política de Bush, Karl Rove, se salvó el pasado mayo de que se presentarán cargos contra él.
En las reseñas publicadas en Newsweek del libro Hubris, las historia del escándalo y la venta de la guerra en Irak, los escritores Michael Isikoff y David Corn aseguran que Armitage contó a algunos colegas del Departamento de Estado que él era la fuente que todos estaban buscando.
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