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ESTRENOS | CINE

Una historia de Brooklyn

Una familia se deshace por culpa del divorcio de los padres. ¿Quieres asomarte a sus vidas?

Para empezar, si has oído por ahí que Una historia de Brooklyn es el Kramer contra Kramer del nuevo milenio, no te lo creas ni por un segundo. La costumbre de comparar unas películas con otras debería ser más rigurosa. Lo que allí era todo dulzor, aquí es una amargura que te deja noqueado. Al lado de este drama, la peli con Dustin Hoffman es el colmo de la gazmoñería. Estamos en Brooklyn, en 1986. La familia Berkman, tan americana ella, se viene abajo.Los padres se separan y los hijos tienen que enfrentarse a ello. Parece una premisa sencilla, pero te va a atrapar hasta las entrañas. El responsable de ello es Noah Bambauch, un director casi desconocido (como guionista, firmó Life aquatic, de su colega Wes Anderson, que aquí aparece como productor). A pesar de su poca experiencia demuestra bien a las claras un talento demoledor y logra filmar la vida misma, hacerla carne. No muchos pueden. Una historia de Brooklyn observa la desestructuración de una familia con una mirada limpia, transparente, retrata seres humanos que sufren, ríen, se avergüenzan, que luchan por sobrevivir. Ni más ni menos. Los dos hijos del matrimonio Berkman sienten cómo se destrozan por dentro y tú vas a sufrirlo con ellos. Han de vivir bajo un régimen de custodia compartida y el menor se aferra a su madre, que comienza a brillar como escritora de talento, pero que no sabe manejar sus propios sentimientos y los de quienes la rodean (aunque eso, a veces, nos haya pasado a todos). El mayor se identificará más con su padre, a quien idolatra aunque éste no sea más que un ególatra que un día fue un gran escritor y ahora no sabe asumir su frustración y, por tanto, también sufre lo suyo. No te hagas el duro, todos hemos admirado alguna vez a alguien sin motivo. Si ya has visto muchas películas sabrás que lo realmente complicado es hablar de personas. De personas de verdad. Los monstruos, las naves espaciales, los efectos digitales, que sí, que están muy bien, pero si tienes un presupuesto lo suficientemente amplio, juegas sobre seguro. Con los personajes de Una historia de Brooklyn, Noah Bambauch se tira sin red. Y corre riesgos.

Drama. EE UU, 2005. 88 minutos. Sony. Director: Noah Baumbach. Intérpretes: Jeff Daniels, Laura Linney, Anna Paquin. www.squidandthewhalemovie.com
De qué va
En el Brooklyn de los años ochenta una familia se viene abajo. Los padres se divorcian y los hijos asumen la amargura de la custodia compartida. Tan sencilla como honda, pide seguir la pista de su gran director.

RIESGOS HUMANOS

Los corre con unos diálogos pasmosamente naturales, inauditos, que se convierten en emblemáticos naciendo de la cotidianeidad. Y con unos ramalazos de humor, a veces negro, a veces no, que recorren el relato para agitarte en la butaca y huir del dramón tramposo y llorica. Maneja la elipsis como nadie, imprime a sus imágenes una sensación de aplastante realidad. Y es que el agrio mundo del divorcio tiene muchos matices y esta película los recorre con sutileza e increíble lucidez, con esa magia que sólo surge en la pantalla en muy contadas ocasiones.

¿Más aciertos? El placer que supone que una película recupere a un actorazo como Jeff Daniels, siempre menospreciado (Bill Murray iba a interpretar el personaje pero no le echamos de menos), o que exprima el talento superior de Laura Linney, a quien ya va siendo hora de reconocer como una de las actrices más completas y potentes del cine estadounidense. Ella se sumó al proyecto desde su inicio, en 2000, aguardando paciéntemente a que se encontrase la necesaria financiación.

La espera, seguro, mereció la pena. Todos ellos brillan gracias a una sutil y efectiva dirección de actores. Presta atención, por ejemplo, a las secuencias entre el hijo mayor, Jeff Eisenberg, y su idolatrada Anna Paquin (una vez más, soberbia), porque revelan que detrás de la cámara hay un cineasta excepcional.

No pierdas el rastro de Noah Bambauch. Se ha ganado el crédito para los mejores. Ya está rodando una nueva película con la tremenda Nicole Kidman de protagonista, y prepara el guión de un nuevo filme de Wes Anderson, The fantastic Mr. Fox. Así que ya estás más que advertido, Una historia de Brooklyn es uno de los bombazos del año. Si todavía tienes reservas, además de decirlo nosotros, hay pruebas evidentes: su premio al mejor director en Sundance, sus tres candidaturas a los Globos de Oro y otra más al Oscar al mejor guión.

Adiós papá, adiós mamá

Una historia de Brooklyn no es la única película de la Historia en retratar un divorcio. Por algún motivo, casi todas acaban como el rosario de la aurora.

Salma Hayek y Alfred Molina en Frida. Ser revolucionario es lo que tiene: no te queda tiempo ni para hacer caso a tu pareja.

Meryl Streep y Dustin Hoffman en Kramer contra Kramer. Una de las películas fundamentales de los 70, aunque un rato blanda y ñoña.

Melvil Poupaud y Naomi Watts en Le Divorce. Una de las pocas comedias sobre este tema. También analiza la relación EEUU-Europa.

Para qué esperar

Divorcio express: Algunos tienen prisa

En la película de Noah Baumbauch la ruptura matrimonial desencadena infinidad de dificultades. En la vida real, tampoco suele ser precisamente fácil. Pero hay quien no lo ve así. La página www.divorcioexpress.com ofrece el finiquito por un módico precio: 440 euros.

rodar en casa: "Me pillaba cerca", Noah Baumbauch

Aunque el director niegue, como es habitual, que la película sea autobiográfica, todo indica que no es así. No sólo se rodó en su barrio natal, Park Slope (Brooklyn), también en el Instituto en el que estudió (Midwood High School) e incluso se utilizó la casa de un viejo amigo suyo como escenario.

Verdad. Aún se puede creer en el cine de personajes reales, humanos. La vida capturada en imágenes.

Amargura. La que provoca el reconocernos en sus personajes, tan capaces de lo mejor y de lo peor. Como todos.

Actores. Exigimos un monumento, ya, para Jeff Daniels y Laura Linney.

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