TVE afina las voces de El Dueso
Doce internos de la prisión cántabra protagonizan el nuevo programa de TVE 'El coro de la cárcel'. Una profesora de canto y una psicóloga acompañan a los reclusos
"Es una aventura". La directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, se mantiene expectante ante el nuevo programa que Televisión Española graba en la cárcel de El Dueso (Santoña, Cantabria). Bajo el título El coro de la cárcel, su objetivo es mostrar el esfuerzo de un grupo de 12 internos por afinar sus voces. Una especie de Operación Triunfo, pero sin más premio que preparar un concierto junto al grupo El Consorcio con la célebre y eurovisiva canción Eres tú como telón de fondo. "Es un programa valiente", apunta Pablo Carrasco, director gerente de Programación y Contenidos de TVE. Especialmente por el coraje de los participantes, que no han dudado en dar la cara ante las cámaras, reconocer su condición de presos y contar (al menos) una parte de sus vidas.
TVE admite que mostrar el día a día en una prisión es un proyecto "delicado"
"El programa es una buena manera de hacer terapia", afirma Mercedes Gallizo
Admite Gallizo que la idea de producir un programa de estas características en un centro penitenciario "podría parecer arriesgada porque pretende proyectar al exterior el día a día de una prisión. Pero esta reflexión no se hace cuando se trata de hablar de la vida en un hospital, en una comisaría o en una escuela". Consciente de que una prisión es "un espacio de vida cotidiana para las personas privadas de libertad", el programa aspira a reflejar "sus afectos, preocupaciones, ilusiones y aficiones". Realizar El coro de la cárcel implica "trabajar la música como instrumento de comunicación y de libertad, una idea que nos parecía interesante". Ahora, espera que "el resultado esté en consonancia con los valores positivos" que pretende difundir.
Además de tener una cierta aptitud para el canto, en la selección de los participantes (12 de entre los 700 internos de El Dueso) primó la voluntariedad de los aspirantes. Criterios mediáticos fueron desterrados. Y también cualquier tentación de caer en el morbo o la truculencia. Carrasco no oculta que éste es un "programa delicado", pero insiste en que ha sido abordado con una especial "sensibilidad". No se trata de un formato de telerrealidad al uso. "No transcurre por ese territorio. Teníamos clarísimo lo que queríamos hacer y por dónde no podíamos ir".
Concebido como una mezcla de géneros (documental y realidad), Carrasco acepta que tiene un cierto paralelismo con la cinta francesa Los chicos del coro. "La diferencia es que la película es ficción y aquí tratamos con situaciones reales". TVE espera tener el programa listo para el estreno a principios de julio. Saldrá al aire en horario de máxima audiencia (a partir de las 22.00).
La propuesta de El coro de la cárcel llegó a la televisión pública de la mano de la productora vasca 3koma, que ha desarrollado programas como Ésta es mi gente o Entra en mi vida.
Instituciones Penitenciarias sólo puso a TVE dos condiciones. La primera tenía que ver con el perfil de los presos. Se vetó a todos aquellos cuyos delitos pudieran tener "especial gravedad o producir alarma social", comenta Gallizo. Había que transmitir la imagen "del ciudadano medio que está privado de libertad y cumple condena en un centro penitenciario". Las estadísticas indican que una mayoría lleva a sus espaldas condenas por tráfico de drogas, hurtos y robos.
La segunda restricción consistía en que estuvieran acompañados por una psicóloga vinculada a Instituciones Penitenciarias. Su papel era clave "en la evolución del grupo", dice Mercedes Gallizo, porque "conoce sus problemas". Esta misión recayó sobre Nuria San José. Licenciada en Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca, antes de incorporarse a El Dueso trabajó en los centros de La Moraleja (Dueñas, Palencia) y Teixeiro (A Coruña), donde ha estado al lado de los presos de primer grado, los más conflictivos y a menudo en régimen de aislamiento. Confiesa que pese a todo nunca ha tenido problemas ni se ha sentido intimidada por ningún recluso. A través de su trabajo, la institución quiere trasmitir "que tenemos estupendos profesionales volcados en cumplir los objetivos de reinsertar y reeducar a las personas que han cometido delitos", asegura Gallizo.
La parte musical corre a cargo de Muntsa Rius, profesora de canto durante más de diez años y actriz, que ahora desarrolla su trabajo en la escuela Coco Comín de Barcelona. Estudió música, piano y canto en el Conservatorio Municipal de Barcelona y en el Conservatori Superior del Liceu.
Carrasco reconoce que El coro de la cárcel es una apuesta difícil. "Le hemos dado muchas vueltas", dice, "y es un programa muy especial. Puede atraer a los espectadores y a la vez prestar un buen servicio. Conoceremos a los presos, a sus familiares, y asistiremos a momentos duros, pero también a otros divertidos y emotivos".
Para llevar a cabo esta experiencias se eligió el penal de El Dueso, un lugar enclavado "en un entorno natural de extraordinaria belleza", asegura la responsable de Instituciones Penitenciarias. Es también un ejemplo de que las cárceles actuales "no son mazmorras que están en los sótanos de los castillos". Gallizo cree que a través de este programa la sociedad española tendrá, además, oportunidad de comprobar que los presos se involucran en proyectos en común, en este caso a través de la música, y aceptan una disciplina. "Soy partidaria", explica, "de trabajar sobre valores y ésta es una buena manera de hacer terapia".
Historias de presos
Los responsables de El coro de la cárcel han llevado a cabo un riguroso proceso de selección. La mayoría de los participantes cumplen condena por tráfico de drogas o robos y muchos tienen tras de sí historias desgarradas.
- Francisco Javier Beltrán. Valenciano, de 25 años y soltero, lleva cinco años en El Dueso y le quedan otros seis. Condenado por tres robos con intimidación sin violencia ni sangre, es inteligente y televisivo, bromista y carismático. Comparte celda con uno de sus hermanos y juega al futbito.
- Andrés Marín. Nació en Murcia, tiene 28 años y 18 hermanos. Está en El Dueso desde hace nueve meses, pero pisa la cárcel desde los 17 por venta de drogas y robo. Introvertido y guapo, proviene de una familia conflictiva. Recobraba la libertad en abril, en plena grabación. Le apasiona la música y es fan de Niña Pastori y Antonio Orozco.
- David Ortega. Es valenciano, tiene 20 años, dos hijos y está separado. Admite que el consumo de drogas le cambió el carácter. Le encanta el karaoke y sus grupos favoritos son OBK y Los Pecos. Juega al billar y acude el gimnasio. Lleva un año encarcelado.
- Enrique Barrull. Nació en Santander hace 41 años. Está casado desde hace 22 y tiene cinco hijos. De etnia gitana, está interno desde 2004 por tráfico de drogas y sale en libertad dentro de dos años. Trabaja en la limpieza y en el taller de música y estudia inglés por fascículos. Ha salido tres veces de permiso. Pertenece a la Iglesia evangelista y llama a la familia a diario.
- Ángel Mario Torrijos. Ovetense, de 40 años, separado. Tiene dos hijos y nadie de su familia le visita. Fue condenado por robo con intimidación y está en El Dueso desde 1998. Pasea, escribe y siente pasión por la música.
- Iván José Trujillo. Nació en Las Palmas, tiene 28 años y es soltero. Cumple condena desde hace año y medio en la cárcel de Santoña y le queda hasta 1012. Su familia no le visita. Vive demasiado lejos. Es mecánico de motos y admirador de Amaral.
- Francisco Javier Rueda. Malagueño, de 31 años y soltero. Lleva nueve en prisión por robo y tráfico de hachís y tiene año y medio pendiente. Le encanta el flamenco y juega al baloncesto. Quiere volver a Málaga.
- Raúl Clemente. Bilbaíno, de 33 años, fue trasladado a El Dueso hace más de tres meses desde una cárcel de Cuba. Allí estuvo preso dos años. Le pillaron hachís y le cayeron 15 años. Espera rebajar la pena por buena conducta. Recibe visitas de familiares y amigos. Es reservado y no habla de su vida privada.
- Antonio Motos. Está en prisión por una pelea. Le dio un puñetazo a un hombre que llevaba gafas y lo dejó ciego. Es de Santander, tiene 34 años y le quedan pocos meses de condena. Su mujer y sus tres hijos le visitan a menudo. No oculta que ha tomado drogas y ahora frecuenta el gimnasio.
- Julio Barrantes. Natural de San Sebastián, 39 años, separado y padre de tres hijos de dos madres diferentes. Los dos pequeños van a visitarle. Conoció a su actual pareja en la cárcel, hace más de un año, y está estudiando Psicología por la UNED. Su primera condena fue por tráfico de drogas. Le pareció injusta y se dedicó a atracar bancos.
- Jesús Ángel Martín. Cada domingo recibe la visita de su mujer y sus dos hijas. Es de Castro-Urdiales (Cantabria) y lleva medio año en El Dueso. Tiene 49 y le quedan 10 de condena por tenencia de droga. Cursa Turismo por la UNED y toca el acordeón. Ha estudiado solfeo durante seis años y es un apasionado de la música y de la radio. Aceptó participar en el programa tras consultárselo a su mujer.
- Francisco Botella. Nació en Valencia hace 29 años y es padre de un niño de cuatro, al que no ve desde hace dos, los que lleva en El Dueso (por robo de coches y chatarra). Estudia ESO y se defiende con la guitarra, aunque le cuesta memorizar las letras.
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