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500 detenidos en el asalto de los Sin Tierra al Parlamento brasileño

El presidente Lula da Silva condena la agresión y promete que "los responsables pagarán"

Juan Arias

La invasión violenta del Parlamento perpetrada la tarde del martes (madrugada de ayer en España) por activistas del Movimiento para la Liberación de los Sin Tierra (MLST), un grupo radical y autónomo del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), acabó con 497 detenciones y 41 heridos. Los responsables del asalto, durante el cual los participantes destrozaron las cristaleras de entrada y todo cuanto hallaron a su paso, afirmaron que la acción no fue planeada y que acabó escapándoseles de las manos.

Según dichos líderes, sólo trataban de reivindicar la reforma agraria que el Gobierno no acaba de promulgar. Bruno Maranhão, un ingeniero que tiene a sus hijos estudiando en EE UU, es el cabecilla del MLST, movimiento creado en agosto de 1997 y formado por militantes de izquierda y líderes del MST. Maranhão es también el responsable de los movimientos sociales del Partido de los Trabajadores (PT) y miembro de su directorio. Es amigo personal desde hace muchos años del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, con quien se entrevistó en el palacio presidencial de Planalto hace poco.

Tanto el Gobierno como la oposición y la presidencia de la república reprobaron enérgicamente el gesto de vandalismo de los activistas del MLST, que calificaron de "herida a la democracia". El PT estudiaba ayer la posibilidad de expulsar a Maranhão de sus filas.

El presidente, Lula da Silva, prometió que "los responsables pagarán" por sus actos. Recordó en un acto público que comenzó su vida política "en los movimientos sociales", como sindicalista, y aunque organizó y participó en cientos de manifestaciones, siempre fue consciente de que "la democracia impone límites".

Algunos diputados y senadores de la oposición afirmaron que si los Sin Tierra deseaban protestar para exigir la reforma agraria, deberían haber ido a manifestarse al palacio presidencial y no al Parlamento, que es la sede del pueblo. La oposición ve en el asalto de los Sin Tierra un principio violento de campaña electoral.

El PSDB (Partido Socialista Democrático de Brasil) y el PFL (Partido del Frente Liberal) acusan abiertamente a Lula de haber sido negligente con las invasiones violentas de los Sin Tierra, no sólo de las tierras de los colonos sino también de edificios públicos. Hace unos meses, el MLST asaltó el Ministerio de Economía y llegó hasta la puerta del despacho del ministro, Antonio Palocci.

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Los analistas aseguran que Lula necesita el apoyo de esos movimientos sociales para su reelección a la presidencia. Cuando el año pasado la oposición pidió al Parlamento la destitución de Lula y después se echó atrás, el propio presidente comentó que no se habían atrevido "por miedo al levantamiento a su favor de los movimientos sociales", entre ellos el MST.

Treinta y nueve de los asaltantes del Parlamento son menores, circunstancia que ha permitido a las autoridades acusar a los detenidos de corrupción de menores, entre otros cargos. Los detenidos pasaron la noche en el Gimnasio Nilson Nelson, donde fueron interrogados por la policía y luego llevados a la prisión, aún sin inaugurar, de Papuda, en el distrito federal de Brasilia.

Los partidos de izquierda insistieron en un principio en que el presidente de la Cámara de Diputados, el comunista Aldo Rebelo, que rechazó la entrada del Ejército para acabar con la invasión de los Sin Tierra, dialogase con los líderes del MLST, pero se negó a hacerlo y, por el contrario, ordenó que todos los que habían participado en la invasión fueran detenidos.

Un grupo de campesinos grita contra el Gobierno durante el asalto al Parlamento en Brasilia.
Un grupo de campesinos grita contra el Gobierno durante el asalto al Parlamento en Brasilia.REUTERS

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