"Bailar es como subir a una montaña y chillar"
La bailarina Alicia Amatriaín (San Sebastián, 1980) dejó su ciudad natal a los 14 años para formarse en la Escuela de John Cranko en Stuttgart (Alemania). En 1998, ingresó en el Ballet de Stuttgart como meritoria y desde 2002 es su primera bailarina. Hace unos días regresó a San Sebastián para recoger el Premio Revelación otorgado por la Asociación de Profesionales de Danza de Guipúzcoa y bailar en el Auditorio del Kursaal.
Pregunta. ¿Qué supone para usted ser premiada en su ciudad natal?
Respuesta. Es impresionante. Además, llevaba tantos años esperando poder venir a bailar a San Sebastián...
P. ¿Cuándo bailó en San Sebastián por última vez?
R. No lo hacía desde que estaba en el Conservatorio, es decir, desde que me fui a Stuttgart, así que estaba nerviosísima.
"En España te puedes formar, pero luego profesionalmente no hay compañías suficientes"
P. ¿Cómo empezó en el mundo de la danza?
R. Mi madre me llevó a tomar clases de baile con cuatro años a una pequeña escuela de la calle Easo para que hiciera ejercicio. A los ocho años, ingresé en el Conservatorio Superior de San Sebastián, donde estuve hasta los 14.
P. Y entonces...
R. Mi profesor Peter Brown se acababa de retirar y nos dijo a otro compañero y a mí que teníamos que salir a estudiar fuera. Decidimos ir a Stuttgart, porque conocíamos a bastante gente que ya había ido allí. Nos cogieron en la Escuela de John Cranko y luego tuve la suerte de entrar en el Ballet de Stuttgart. Supongo que tuve suerte en todo y llegué arriba muy rápido.
P. ¿Es difícil todavía formarse y labrarse un futuro profesional en la danza en España?
R. Te puedes formar, pero luego profesionalmente no tienes tanta variedad como en otros países. Por mucho que haya escuelas, no hay compañías suficientes. La cosa está muy difícil todavía. Nos podríamos quedar, pero sólo si nos ayudaran a abrir compañías.
P. ¿Qué llamamiento haría a las instituciones?
R. Que hagan algo, porque la danza es una parte de la cultura que no debe perderse. Además, público hay.
P. ¿Qué se lleva peor, la dureza de la profesión o alejarse de la familia y los amigos?
R. No me di cuenta de dónde me iba hasta que me fui. Fue muy duro irme de casa y no poder pasar los años de adolescencia con mis padres. Fue una decisión dura, pero la tomé y no creo que fuera mala.
P. ¿Qué le ha enseñado la danza para desenvolverse en la vida?
R. Que la vida es muy difícil y nadie te regala nada. Que todo hay que trabajarlo, nada te cae del cielo.
P. ¿Qué siente cuando baila?
R. Cuando bailas te vacías entera. Puedes echar fuera todo, tus sentimientos, lo que te cierra por dentro. Es como subir a una montaña y chillar para sacar todos esos males que llevas dentro.
P. ¿Sus bailarinas preferidas?
R. Hay muchas, pero para mi las dos grandes son Alicia Alon-so y Marcia Hayde.
P. ¿Ballet clásico o moderno?
R. Por igual.
P. ¿Qué pieza desearía bailar?
R. La Dama de las Camelias.
P. ¿Y tiene planes para ello?
R. Podría ser, podría ser.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.