Zapatero considera una "reliquia ideológica" creer que la Iglesia está por encima de las leyes
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, considera una "reliquia ideológica" la aspiración de la Iglesia católica de que hay una "ley natural por encima de las leyes que los hombres se dan". En una entrevista publicada en el número de abril de la revista Claves de Razón Práctica, Zapatero afirma: "La democracia exige un Estado aconfesional y una cultura pública basada en valores laicos. La Iglesia católica puede mantener algunas posturas que evocan todavía la aspiración a que las leyes eclesiásticas estén por encima de las leyes de la polis, pero creo que esa actitud es ya una reliquia ideológica".
El autor de la entrevista, el intelectual italiano Paolo Flores D'Arcais, pregunta a Zapatero por la compatibilidad de la Iglesia católica y la democracia, a raíz del desafío que supone la ley de matrimonio homosexual en España. "La aconfesionalidad" y "la neutralidad religiosa del Estado, constituyen uno de los estadios de la maduración de la convivencia democrática", añade Zapatero en su respuesta. "Mi pronóstico es que instituciones como el matrimonio de homosexuales se extenderán a todos los países democráticos".
Flores D'Arcais pregunta también a Zapatero si cree en Dios. "Entiendo que este tipo de convicciones pertenecen al ámbito privado, y siento un gran pudor a manifestarlas públicamente", responde el presidente.
Preguntado expresamente por la eutanasia, Zapatero descarta que proyecte regular este derecho dentro de su "agenda de leyes" para "extender los derechos de la ciudadanía" como la ley de igualdad, la de matrimonio homosexual o la agilización del divorcio. "No tenemos en esa agenda de leyes el proyecto de una regulación sobre el derecho a decidir sobre la propia vida. Es un debate aún controvertido en la sociedad española, y que no forma parte de lo que es nuestro programa", señala.
Zapatero insiste en la entrevista en resaltar su programa de "extensión de derechos" porque, dice, "la izquierda debe tener el liderazgo en las ideas democráticas". "Repasando las fuentes y las tradiciones de izquierda se puede ver que su gran debilidad está en lo escasamente que se pensó y repensó la democracia. Y lo excesivamente que se pensó y repensó la economía, el modo de producción, el sistema capitalista", opina Zapatero. "La democracia es, ante todo, derechos y oportunidades", afirma Zapatero.
"La nueva vía internacional de la izquierda", pregunta D'Arcais, "¿No podría pasar a ser descubrir que el realismo político más eficaz es la ingenuidad de la coherencia respecto a los valores que uno proclama?". Zapatero responde que "los poderosos, la derecha económica, los grupos de presión, no necesitan la política para vivir y para mandar". Sin embargo, el ciudadano sólo tiene su voto. "Es la única herramienta que tiene para que sus ideas pedan realizarse y para mejorar su vida", dice Zapatero. "Por ello, cuando la izquierda no cumple sus promesas (...) causa su derrota, porque desilusiona a sus electores", indica.
Irak, la mejor decisión
"Yo retiré las tropas de Irak porque era un compromiso", afirma el presidente sobre el rápido cumplimiento de este delicado compromiso electoral. "Quería hacer saber que cuando uno llega aquí no depende sólo de la realpolitik ni de la conveniencia. Depende de los ciudadanos, de la gente", afirma el presidente. "Es, seguramente, la decisión más difícil que debía tomar, y lo hice muy convencido. Casi dos años después puedo afirmar que es la decisión de la que más satisfecho me siento como presidente del Gobierno".
La conversación deriva después hacia las políticas sobre la memoria de la Guerra Civil, y Zapatero es preguntado por la retirada de las estatuas de Franco. "Las guerras, y cuando son civiles aún más, matan el presente e introducen veneno en el futuro", dice el jefe del Ejecutivo. "Veneno que perdura casi tanto como el propio país". Zapatero opina que "la memoria de lo que un país sufre es un tributo que pagan varias generaciones".
El presidente opina que "nuestra identidad como España moderna tiene sus raíces en la concordia y el consenso de la transición". "Por ello", dice, "es casi un elemento fundacional de la democracia española el no hacer un debate sobre la tragedia de 1936-1939".
Dice D'Arcais en la entrevista que en Italia, su país, "la izquierda, cuando llega al poder, tiende a censurar a los periodistas incómodos y preferir a los pelotas". "Cuento una anécdota", responde Zapatero. "Hay ministros que se quejan de que la televisión pública no les saca o de que les trata mal. Y siempre les contesto: 'ganamos para esto. Eso es lo esencial'. Normalmente, el político, cuanto más confía en la gente, más posibilidades tiene de ganar. El político que quiere manipular la información es que no confía en la gente".
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