Zapatero afirma que la izquierda no puede votar contra el Estatuto en el referéndum

José Luis Rodríguez Zapatero abrió ayer en la población barcelonesa de Cornellà, ciudad de la que fue alcalde el ministro José Montilla, su campaña a favor del Estatuto en Cataluña y que, aseguró, continuará por el resto de España. Un Estatuto del cual se esforzó en pregonar sus bondades y mejoras. Motivos suficientes, dijo, para que ninguna fuerza de izquierdas catalana, en clara referencia a Esquerra Republicana (ERC), a la que no citó, pueda mostrarse en contra y pedir el no en el referéndum. "El no ya vendrán a pedirlo Aznar y Rajoy", proclamó.

Zapatero augura mayor cohesión, autogobierno y respeto a la identidad de cada uno

En un flamante pabellón polideportivo abarrotado por más de 4.500 personas, el líder socialista exhortó a los presentes a "poner todas las mejores energías para ganar la paz en el País Vasco, el mejor sueño posible".

Media hora empleó Zapatero para intentar desmontar todos y cada uno de los argumentos que el Partido Popular, y en igual medida pero por motivos opuestos ERC, han esgrimido contra la reforma estatutaria durante su trámite en el Congreso. El público premió su presencia con intensos aplausos y constantes interrupciones de piropos, vítores y alabanzas. Sobre todo cuando se refirió a alguna de las promesas cumplidas durante los dos años de mandato -retirada de las tropas de Irak, legalización del matrimonio homosexual o retorno de los papeles de Salamanca-, exaltó la "solidaridad" del pueblo catalán con el conjunto de España o proclamó la voluntad de permanencia de Cataluña en el Estado con el nuevo Estatuto.

La plana mayor del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) se reunió en Cornellà para, como dijeron todos sus dirigentes, agradecer a Zapatero sus "esfuerzos" para la consecución del Estatuto y brindar por los dos años de gobierno socialista en Cataluña y en Madrid. Todos se refirieron a ello en sus alocuciones: el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, el primer secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla, la presidenta del grupo parlamentario, Manuela de Madre, o el alcalde de Barcelona, Joan Clos. Todos flanqueando en primera fila a Zapatero, junto al portavoz del PSOE en el Congreso, y principal negociador de la reforma en Madrid, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Zapatero guardó para el Partido Popular las escasas críticas y ataques de su discurso por el nuevo Estatuto. A Esquerra Republicana ni la citó. Pero se refirió al partido de Josep Lluís Carod Rovira para lanzarle un guiño y asegurar que no entiende las razones de su oposición al texto estatutario. "¿Puede haber en Cataluña alguna fuerza de izquierdas que diga no a un Estatuto que amplía los derechos ciudadanos y sociales y contiene un esfuerzo notable de más posibilidades de financiación y políticas sociales?", se preguntó. "No, no puedo haberla, porque el no ya lo van a pedir Aznar y Rajoy". El presidente del Gobierno enumeró a continuación más ventajas que conlleva, a su juicio, el nuevo texto: intervención de la Generalitat en la concesión de permisos de trabajo, inversión en Cataluña en función de su peso en el PIB español, mayor autogobierno o "respeto a la identidad". Pero nada dijo de intentar arrastrar a Esquerra hacia el consenso o posibles concesiones para lograrlo durante el trámite en el Senado.

Fueron contadas las referencias directas al Partido Popular, pero José Luis Rodríguez Zapatero hilvanó todo su discurso para contrarrestar los argumentos de los populares contrarios al Estatuto. Así, aseguró que, pese a "sus cábalas y pronósticos de que esta ley es la peor de la democracia", o sus proclamas de que "rompe España" o su campaña de recogida de firmas, el nuevo Estatuto, insistió, "es la mejor ley para España y la democracia", conducirá a un "proceso de mayor cohesión, autogobierno y respeto a la identidad de cada uno" y supondrá "ampliar los derechos de los ciudadanos" y mayor autonomía para Cataluña y "las comunidades que lo deseen".

Zapatero insistió, con constantes referencias, en el hecho de que el Estatuto no significa separar a Cataluña de España sino una "afirmación de la Cataluña moderna y de la España plural". Por este motivo, apeló a la movilización de los catalanes para lograr la victoria del sí en el referéndum, previsto para el 18 de junio. Y en ese proceso, dijo Zapatero, el Partido Socialista estará siempre al lado de Cataluña, "dispuesta a darle un abrazo mientras la otra fuerza (PP) que aspira a gobernar este país ha dado la espalda a Cataluña". Una Cataluña a la que no ahorró elogios: "El valor de la solidaridad es un valor de Cataluña y la sociedad catalana es, ha sido y será solidaria con el conjunto de los ciudadanos de este país que es España".

El Estatuto es, agregó, una promesa cumplida en estos dos años de gobierno. La segunda, el proceso de paz en Euskadi, a la que se refirió al principio de su discurso, al recordar al dirigente socialista asesinado, Ernest Lluch -una gran foto del cual presidía un lateral del polideportivo- y al final de su alocución para reclamar el apoyo de todos a este proceso. "Os animo", dijo, "con toda mi alma y esfuerzo a que pongáis las mejores energías, las más positivas de este pueblo culto y cívico que es Cataluña para empujar a todos los pueblos de España y ganar la paz en el País Vasco que es el mejor sueño posible".