La ampliación del aeropuerto de Barcelona costará el doble de lo previsto por Cascos
El presidente de AENA explica que se invertirán 3.500 millones en El Prat
La ampliación del aeropuerto barcelonés de El Prat costará unos 3.500 millones de euros, el doble de lo previsto en 2002 por el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos. En enero de ese año dijo que se destinarían 1.471 millones de euros a El Prat y 3.277 a Barajas. El presidente de AENA, Manuel Azuaga, explicó ayer en el Congreso que el nuevo aeropuerto madrileño costará finalmente "algo más" de 6.200 millones (de los que 2.000 corresponden a expropiaciones, sin contar aún eventuales intereses de demora) y que la inversión en el barcelonés tendrá "unos 500 millones de diferencia", lo que, descontado el coste de las expropiaciones, da unos 3.500.
Azuaga compareció ayer en la comisión de Fomento del Congreso para dar cuenta de los problemas en la apertura de la nueva terminal de Barajas (T-4), de la que dijo que a mes y medio de su inauguración funciona con "absoluta normalidad" e incluso con mayor puntualidad que las antiguas terminales.
El presidente de AENA se enredó un tanto con las cifras y la comparación de la inversión en los aeropuertos de Madrid y Barcelona. Dijo que la inversión en El Prat, "donde no hay expropiaciones", será unos 500 millones inferior a la de Barajas. Fuentes del ente público explicaron luego que se refería a un cálculo en el que había que restar las expropiaciones y que además estaba hablando grosso modo, tomando como referencia un coste de 6.000 millones de euros de Barajas. Total, que descontadas las expropiaciones hablaba de unos 3.500 millones.
Hace un mes, el propio Azuaga dijo que en el Plan Barcelona se invertirían 2.700 millones y ayer mismo fuentes oficiales del aeropuerto barcelonés calculaban 2.800 millones.
El escaso rigor de Azuaga en la concreción de las cifras puede explicarse por el ejercicio de gallardía con que quiso responder a las gruesas acusaciones del diputado popular Andrés Ayala, quien le tachó de fascista y le acusó de malversar fondos públicos. El presidente dio por "no escuchada" la andanada del parlamentario sobre 31 millones de euros dedicados a la puesta en marcha de la T-4, de los que seis millones se gastaron "en asistencias técnicas para el amueblamiento, es decir, en el decorador". Y no se sintió "aludido ni molesto" por el calificativo de fascista que Ayala le dedicó a cuenta del contenido de unos libros sobre la historia de los aeropuertos de Madrid, en los que echó en falta más protagonismo del PP.
Azuaga avanzó además que negociará la próxima semana con el presidente de Spanair, Gonzalo Pascual, sobre el conflicto por el reparto de la T-4. El Gobierno del PP la había repartido entre Iberia y Spanair, pero tras la llegada del PSOE al poder se decidió que la nueva terminal acogiese sólo a Iberia y sus socios de Oneworld. Spanair (que quedó en las antiguas instalaciones) interpuso demandas ante la Audiencia Nacional (que recientemente falló a favor de AENA, si bien Spanair ha recurrido la sentencia), el Tribunal de Defensa de la Competencia y ante las autoridades de la Unión Europea.
El presidente de AENA explicó que se están "acercando posiciones" para un "arreglo amistoso" que ponga fin a las demandas de Spanair, si bien aclaró que en ningún caso dará cabida a esta compañía en la T-4.
Asimismo, Azuaga se declaró "tremendamente preocupado" por los problemas de ruido que conlleva el nuevo Barajas y afirmó que se está cumpliendo "escrupulosamente" la declaración de impacto ambiental, si bien explicó que se están buscando soluciones que no impliquen perjuicios para otros vecinos.
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