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Entre Islandia y Brasil

Juan Ignacio Crespo

Los fondos de renta variable acumulan rentabilidades elevadas en los dos meses y medio transcurridos de 2006. En cabeza, junto con los fondos que invierten de forma exclusiva en Rusia, Brasil o China (que, dicho de paso, tienen una representación exigua en España), se encuentran los que invierten en renta variable latinoamericana, que han acumulado una rentabilidad media del 12,46%.

El porqué de tan buen comportamiento hay que buscarlo en la favorable evolución reciente de las economías (y de las bolsas) de todo el mundo, además de en circunstancias específicas que han sido especialmente benignas para Latinoamérica: la fuerte subida del precio de las materias primas (el 80% desde finales de 2001) y el incremento de la estabilidad política.

Curiosamente, el incremento de la estabilidad política en la zona ha venido combinada en los tres años últimos con la formación de gobiernos de izquierda o populistas lo que, si bien ha introducido cierta volatilidad adicional en los mercados de Latinoamérica, no parece haber interrumpido la mejora de la calidad crediticia de empresas y gobiernos ni el desarrollo paulatino de esos mismos mercados. Sin embargo, la celebración en este año de 2006 de al menos diez procesos electorales en diferentes países de América Latina provocará un inevitable incremento de la volatilidad tanto en los mercados de renta variable como en los de renta fija. Pero para esos altibajos de las cotizaciones al menos hay un calendario previsto. En otras ocasiones, como ha sucedido en dos de las cuatro últimas semanas, la inestabilidad se cuela por los resquicios más inesperados. Y es que, en dos momentos diferentes, una venta masiva de coronas islandesas, motivada por la disminución de la calidad crediticia de este país, provocó una onda de choque que afectó a países tan variopintos como México, Brasil, Suráfrica o Turquía. La volatilidad generada por esta circunstancia ha terminado restándole a los fondos de renta variable latinoamericana más de un 4% de la rentabilidad que llevaban acumulada a finales del mes de febrero.

Con estos acontecimientos, los mercados de cambio de Latinoamérica y de otros países emergentes han recuperado, siquiera pasajeramente, una vieja tradición ya casi olvidada: la tradición del contagio. ¿La explicación? Islandia y los países emergentes comparten la característica de tener tipos de interés elevados, lo que hace que muchas inversiones en estos países se hayan estado financiando en divisas con bajos tipos de interés (euro o yen) para aprovecharse de la diferencia.

Juan Ignacio Crespo es director general de Finanduero.

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