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El factor político

"El ciclo político está en segundo plano", destaca Werning. Los buenos datos de la economía se imponen por encima de la tradicional incertidumbre que generan en Latinoamérica años de elecciones presidenciales como éste: el 9 de abril se vota en Perú; en mayo, en Colombia; en julio, en México; en octubre, en Brasil y Ecuador; en noviembre, en Nicaragua, y en diciembre, en Venezuela.

Goldberg opina que en dos de esos países subyacen riesgos políticos. Uno es Perú, donde las últimas encuestas indican que el chavista Ollanta Humala está recuperando terreno y empata con la conservadora Lourdes Flores. El otro es Ecuador, donde se suceden las protestas populares contra el Gobierno de Alfredo Palacio: hace dos semanas se declararon en huelga los trabajadores petroleros y en los últimos días, los indígenas se movilizaron contra las negociaciones de libre comercio con Estados Unidos.

A Cañonero también le preocupa "el uso eficiente de las buenas épocas" y recuerda que en muchos países latinoamericanas persisten la fragilidad de los marcos legales y regulatorios, la falta de transparencia y la escasez de inversiones en educación e infraestructura, lo que redunda en menor competitividad y más dependencia de factores externos.

De todos modos, el analista de Deutsche Bank considera positivo que la política macroeconómica esté fuera de discusión: "Puede que se discuta cómo mejorar la distribución de los beneficios del crecimiento, pero no la prudencia fiscal. Lo vemos en Brasil, México y hasta en Perú".

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