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El cadáver de Milosevic llega a Serbia para ser enterrado en su ciudad natal

Socialistas y ultranacionalistas tratan de convertir el funeral en una demostración de fuerza

Guillermo Altares

El cadáver del ex presidente serbio Slobodan Milosevic llegó ayer a Belgrado a las 15.43, con un cuarto de hora de retraso con respecto al horario previsto, en un vuelo procedente de Amsterdam. Unos cientos de seguidores aguantaron el frío y la nieve para acoger a su líder, que no recibió honores de Estado. El entierro se celebrará el sábado en su ciudad natal, Pozarevac, aunque el cuerpo estará expuesto a partir de hoy en Belgrado, frente al Parlamento. Socialistas y ultranacionalistas tratarán de convertir el funeral en una demostración de fuerza.

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Antes del féretro, que iba cubierto con un plástico negro, salieron unas cuantas maletas de la bodega del avión de la JAT, la compañía de bandera de Serbia y Montenegro. Al aeropuerto acudieron un puñado de dirigentes del Partido Socialista de Serbia (SPS), la formación que Milosevic presidió, aunque ningún familiar. Unas 300 personas, muchas de ellas jubiladas, portaban rosas y claveles rojos y repartían calendarios con la imagen de su líder.

Cuando se abrieron las puertas que daban a la pista, y salió un modesto coche de la funeraria Radovic, algunos presentes rompieron a llorar mientras otros coreaban "Héroe Sloba" (su diminutivo) o "Sloba, levántate". Algunos hacían el signo de la victoria serbio, levantando tres dedos. Pero salvo una media hora de caos circulatorio en el aeropuerto, la ciudad no se vio afectada por la llegada del cuerpo de Milosevic, tras tres días de incertidumbre sobre el lugar del sepelio y una noche en la morgue del aeropuerto de La Haya.

Su hijo Marko, de 33 años, que ha tenido numerosos problemas con la justicia aunque ahora se encuentra libre de cargos, fue a recoger el cuerpo a La Haya, donde se lo entregaron los responsables del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), en cuya cárcel pasó los últimos seis años acusado de genocidio y crímenes contra la humanidad por las guerras de Croacia, Serbia y Kosovo. Sin embargo, desde Holanda volvió a Moscú y no viajó con el féretro.

Su viuda, Mira Markovic, de 64 años, compañera de Milosevic desde el instituto, todavía no ha dicho si acudirá a Belgrado. Las autoridades serbias han anunciado que no la detendrán, pero han reiterado que debe entregar su pasaporte al llegar y comparecer ante la justicia. Entre las acusaciones que pesan sobre ella está la sospecha de haber instigado el asesinato del mentor y posterior rival político de su marido, el ex presidente serbio Ivan Stambolic.

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El vicepresidente del SPS, Mirolad Vucelic, anunció ayer el plan funerario para los próximos días. "A partir del jueves estará expuesto ante el Parlamento para que nuestros ciudadanos puedan rendir tributo a su querido y respetado presidente. El entierro será el sábado en Pozarevac [una ciudad de 60.000 habitantes situada a 70 kilómetros de Belgrado], en una casa familiar, pero la despedida se hará aquí en la ciudad, al mediodía", señaló Vucelic. "El Gobierno de Belgrado ha hecho todo lo posible para impedir que sea enterrado aquí y las autoridades han rechazado los honores militares que nadie había pedido. Pero todos los que resistieron los bombardeos de la OTAN le rendirán tributo", agregó.

El presidente de Serbia, el proeuropeo y reformista Boris Tadic, recordó ayer los motivos por los que las autoridades del país no quieren darle ningún tipo de honores oficiales. "Milosevic era la cabeza de un régimen que casi destruye Serbia y sus ciudadanos ya dieron su veredicto el 5 de octubre de 2000", la fecha en la que fue expulsado del poder tras una revuelta popular. Unos meses después, el 4 de abril de 2001, fue entregado a La Haya. "Les vamos a devolver el 5 de octubre", afirmaba un dirigente socialista en el aeropuerto de Belgrado, mientras esperaba la llegada del cuerpo.

En torno al recuerdo de Milosevic se han reunido las fuerzas más oscuras del siniestro pasado de Serbia en la extraña mezcla de ultranacionalistas y ex comunistas que promovió durante su régimen y que ahora actúan codo con codo en el Parlamento con una fuerza, superior al 30%, nada desdeñable. De hecho, la estabilidad del Gobierno depende de ellos.

"Van a intentar aprovechar el entierro para hacer una demostración de fuerza", afirma el analista de la revista Vreme Dejan Anastasijevic. "Pero en los últimos años han intentado montar otras manifestaciones masivas y no lo han conseguido. Hace unos meses sólo congregaron a 10.000 personas, con motivo del tercer aniversario de la entrega de Vojislav Seselj", añade este comentarista independiente.

Por lo pronto, las autoridades de la República Serbia de Bosnia ya han anunciado que fletarán autobuses hacia Belgrado, mientras que el SPS ha puesto en marcha todo su aparato para tratar de congregar a una multitud en Belgrado. La Asociación Sloba, dependiente del partido y dedicada hasta ahora a presionar para lograr la liberación de Milosevic, ya ha empezado a preparar las pancartas.

Seguidores de Slobodan Milosevic se agolpan en torno al furgón con el  cadáver del ex dictador,  ayer en Belgrado.
Seguidores de Slobodan Milosevic se agolpan en torno al furgón con el cadáver del ex dictador, ayer en Belgrado.ASSOCIATED PRESS

En busca de Karadzic y Mladic

Como para demostrar que la muerte de Milosevic no significa que el Tribunal Penal Internacional de La Haya ha bajado la guardia, las tropas internacionales de Eufor llevaron a cabo ayer en Bosnia registros en viviendas y negocios que, sospechan, sirven de cobertura para la red que protege a Radovan Karadzic, el antiguo jefe político de los serbios de Bosnia, acusado de genocidio y crímenes contra la humanidad. En la operación, que tuvo lugar en Prnjavor, al norte de Sarajevo, participaron 150 militares del cuerpo de paz coordinado por la UE.

Karadzic es el criminal de guerra más buscado de la ex Yugoslavia, junto al ex jefe militar de los serbios de Bosnia, Ratko Mladic. Ambos son considerados responsables del asesinato de 8.000 musulmanes en Srebrenica, entre otras atrocidades. La UE asegura que Mladic se encuentra escondido en Serbia, ayudado por una parte del Ejército, y ha exigido su captura antes del 4 de abril como condición para mantener el acuerdo de asociación, el paso previo para las negociaciones de ingreso.

Por otro lado, un oficial militar bosnio-musulmán, Enver Hadzihasanovic, se convirtió ayer en el primer condenado en La Haya por acciones de militantes islámicos extranjeros durante la guerra de Bosnia. La sentencia fue de cinco años de cárcel, informa Efe.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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