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Reportaje:

Examen holandés para Kalou

El marfileño del Feyenoord debe superar un test para nacionalizarse y jugar con la selección de Van Basten

Isabel Ferrer

Salomón Kalou, delantero del Feyenoord nacido en Costa de Marfin, está en apuros. La ministra holandesa de Inmigración, Rita Verdonk, no piensa aprobar su nacionalización inmediata, como pretenden él, su club y la federación. Ello le permitiría acudir al Mundial de Alemania con la selección que dirige Marco van Basten. Conocida por su extremo rigor, Verdonk no quiere dar la sensación de que prima los deseos de un deportista sobre los de centenares de familias que han visto denegados sus permisos de residencia. Si Kalou pretende vestir los colores de Holanda, tendrá que superar, en holandés, un examen oral y escrito de civismo. El problema es que la prueba está fijada para el 10 de mayo, cinco días antes de que Van Basten remita los nombres de sus seleccionados a la FIFA.

Inmigración no quiere primar los deseos de un deportista a los de "cientos de candidatos"

Kalou, de 20 años, autor de 11 goles en lo que va de Liga -y 35 desde su fichaje en 2003- ya ha suspendido una vez el examen cívico. De carácter obligatorio para los que aspiren a un pasaporte de los Países Bajos, incluye un apartado de lengua y otro de conocimientos de la nueva sociedad a la que se accede. Puede repetirse, pero con un intervalo de seis meses. El jugador fracasó el pasado 9 de noviembre y se prepara ahora para el nuevo intento. Según su abogado, Jelle Kroes, incluso si aprueba las perspectivas no son muy halagüeñas. Una vez que la ministra dé su visto bueno, falta el sello del Consejo de Estado, máximo tribunal administrativo del país. Y algo indispensable: la firma de la reina Beatriz.

En realidad, Rita Verdonk rechazó la primera petición de nacionalizar a Kalou después de que Van Basten dejara claro que esperaba verle jugar en el Mundial. El propio Consejo de Estado ordenó hace dos semanas a Inmigración que revisara su negativa por haber observado errores en el procedimiento. La segunda negativa de la ministra llega acompañada de un doble comentario. Por un lado, subraya la necesidad de que Kalou demuestre su conocimiento de las costumbres de Holanda "al ser los futbolistas modelos de conducta para muchos jóvenes". La otra aseveración era más política que sociológica: "Si aprueba el examen de civismo y apoyado por un contrato laboral que le permitirá asentarse, no tendré inconveniente en revisar su caso", dijo la ministra.

Antes del examen habrá, de todos modos, un último intento de resolver la situación por vía judicial. Kalou acudirá con su abogado a una audiencia sobre el particular prevista para el 9 de marzo. Jelle Kroes sostiene que la ministra no puede obligar al jugador a examinarse de civismo. En una nacionalización rápida, en la que bastarían tres años de residencia, y que suele ser habitual en deportistas de élite, bastaría con que demuestre su "claro deseo de establecerse en Holanda y disponga de un contrato de trabajo solvente". Los jueces podrían tomar una decisión sobre este aspecto a mediados de mayo, justo cuando debe cerrarse la lista de la selección. A partir de ese momento, la FIFA sólo aceptará cambios cuando haya bajas por lesiones. Mientras su futuro se aclara, Kalou se muestra tranquilo y humilde. "Todavía tengo mucho que aprender. Me divierto corriendo y es bonito ser hoy uno de los mayores goleadores de Holanda", ha declarado. Unos goles vistos con buenos ojos por varios clubes europeos y, sobre todo, por Van Basten, que le quiere a toda costa.

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