La generación del 'baby boom' cumple los 60
EE UU teme el colapso de su sistema de jubilación y salud por la explosión demográfica de 1946
Los Casey-Wilkens no podían imaginar en 1946 que el nacimiento de su hija Kathleen, pocos minutos después del inicio de aquel nuevo año, pasaría a la historia como la primera integrante de la generación del baby boom. Kathleen cumplió 60 años el pasado 1 de enero. Y, como ella, también lo harán este año el presidente George W. Bush, el ex presidente Bill Clinton, la actriz y cantante Cher, el multimillonario Donald Trump y el actor Sylvester Stallone.
El impacto de los 78,2 millones de estadounidenses nacidos en los 18 años sucesivos fue enorme para el sistema educativo, el mercado laboral y la vivienda del país. Ahora se teme por el colapso que la explosión demográfica puede provocar en la economía.
La población de Estados Unidos se estima hoy en 298 millones, más del doble que en 1946. Cada ocho segundos se registra un nacimiento en el país y una muerte cada 12. La inmigración suma una persona cada 31 segundos a ese total. Es como decir que la población estadounidense crece a un ritmo de 6.170 personas al día.
El censo presenta otro elemento para poner en evidencia la compleja fase demográfica en la que está entrando Estados Unidos, al proyectar que 7.918 personas cumplirán los 60 años cada día a lo largo de 2006.
La generación de Kathleen es especial: luchó una guerra, cuestionó la autoridad de sus dirigentes, defendió los derechos civiles, celebró la llegada del hombre a la Luna y el desembarco de la era de los ordenadores. Ellos y ellas fueron los precursores del amor libre, el consumo de las drogas y el rock and roll. Y, como explica Steve Gillon, autor de Boomer Nation, un análisis sobre aquella generación, han controlado el poder el tiempo suficiente como para hacer que el sistema les favorezca, a expensas de otros grupos; por eso habla de "imperialismo económico y financiero".
Primera ola de jubilaciones
La llegada de la primera ola de jubilaciones entre la generación más conocida de Estados Unidos se espera para 2008, cuando los primeros baby boomers cumplan 62 años, edad en la que se puede recibir la pensión pública. Algunos pueden pensar que es el fin de una era. Pero conforme los boomers alcancen la jubilación, todo indica que cambiarán otra vez la cara de su país.
Esta explosión demográfica que se desató entre 1946 y 1964 plantea un importante reto para preservar el equilibrio de la economía y de las finanzas públicas, ante el inminente colapso de su sistema sanitario y de pensiones.
John Challenger, de la firma de asesores laborales Challenger, Gray & Christmas, advierte de que este cambio "tendrá un impacto profundo en la economía". El presidente de la Reserva Federal (banco central estadounidense), Alan Greenspan, ha sido contundente en sus últimos discursos. "La presión sobre el presupuesto será enorme y es improbable que el crecimiento pueda anularla por sí solo", explica, mientras asegura que el incremento de la productividad representa sólo parte de la solución.
En el ejercicio fiscal 2004, el gasto federal en Seguridad Social (pensiones) y asistencia sanitaria pública representaba el 8% del producto interior bruto (PIB). Las proyecciones oficiales que ha realizado la Reserva Federal hablan del 9,5% en el año 2015 y del 13% para 2030, año en el que todos los baby boomers tendrán más de 65 años. En la actualidad hay 3,3 trabajadores por cada beneficiario de la Seguridad Social en Estados Unidos. En el año 2030 serán 2,1 trabajadores. Se calcula que en esa fecha habrá 57,8 millones de boomers vivos, de los que el 54,9% serán mujeres.
El censo de población ofrece una proyección más sobre la evolución del gasto sanitario. El gasto medio anual en salud para una persona de entre 45 y 54 años se elevó en 2004 hasta 2.695 dólares. Se calcula que los boomers gastarán 3.262 dólares cuando tengan 10 años más y 3.899 dólares cuando tengan más de 65 años, edad en la que los estadounidenses pueden acceder al Medicare, un programa de ayudas económicas adicionales que reciben las rentas más bajas.
Challenger advierte, además, de que el nivel de ahorro de los futuros pensionistas es muy bajo. La revista estadounidense US News & World Report advierte en este sentido de que el 55% de los estadounidenses de entre 45 y 54 años tiene unos ahorros inferiores a los 50.000 dólares para utilizar durante la jubilación.
Poco ahorro para el retiro
El 90% dispone en la hucha de menos de 250.000 dólares, una cesta que les permitirá cubrir unos costes anuales de 10.000 dólares. "Por deseo o por necesidad, muchos baby boomers trabajarán más allá de la edad de jubilación", añade John Challenger.
Russell Bodoff, director ejecutivo del Centro Tecnológico de Servicios para Mayores (organización de ámbito nacional que desarrolla tecnologías para mejorar la vida de la tercera edad), considera que el sistema de salud no está listo para soportar la ola de jubilaciones que llegará en 2008. El incremento de la obesidad y de la diabetes entre los miembros más jóvenes de la generación del baby boom augura importantes problemas.
El 40% de los adultos de entre 45 y 64 años sufre de alta presión y el 36% son obesos, lo que, según el Central Nacional de Estadísticas sobre la Salud, incrementa el riesgo de infarto y enfermedades cardiovasculares. "Es verdaderamente preocupante", concluye este experto.
Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, pide por todo esto a los dirigentes en el Capitolio y la Casa Blanca que adopten con valentía las medidas necesarias para evitar que sean las futuras generaciones las que carguen con los problemas que le van a dejar sus mayores: "Los millones de boomers que alcanzarán los 65 años en el próximo cuarto de siglo pondrán una enorme presión en la capacidad de la economía para dar los beneficios prometidos".
Venga al sur a gastar su pensión
Las consecuencias de la llegada de la ola de jubilaciones entre los miembros más mayores de la generación del baby boom no se limitará a la capacidad de Estados Unidos para financiar sus finanzas públicas. Va más allá y tendrá un impacto en el universo corporativo y en su mercado laboral.
Un reciente análisis de la consultora laboral Challenger, Gray & Christmas revela que este cambio demográfico vendrá de la mano de un renacimiento del espíritu empresarial.
El estudio explica que cada vez son más los trabajadores que están creando sus propios negocios para poder dotarse de recursos durante la jubilación. Los datos oficiales muestran un incremento del número de autónomos en la franja de edad comprendida entre 55 y 64 años.
"Hay muchos empresarios que todavía no se dan cuenta de que los baby boomers están abandonando sus empleos tradicionales para hacerse autónomos y se pueden encontrar con una falta de trabajadores cualificados", dice John Challenger.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos pone también el énfasis en esta carencia de mano de obra derivada de la jubilación masiva de trabajadores de la generación del baby boom y afirma que el país se verá obligado a tirar de más empleados legales llegados del extranjero y mejor formados.
El presidente de la Cámara, Thomas Donohue, considera que la economía estadounidense no está lista para afrontar este reto. "Debemos asegurarnos unos ingresos fiscales suficientes para apoyar la economía y financiar la explosión de jubilados", remacha.
Pero hay quien sacará tajada de este fuerte cambio demográfico. Los ayuntamientos de grandes y pequeñas ciudades en los estados sureños como Georgia, Tejas, Nuevo México o Misisipi están lanzando estos días campañas publicitarias para atraer la atención de los futuros jubilados, para que gasten sus años dorados en sus comunidades. Buscan potenciar sus economías con el poder de gasto que traen bajo el brazo con sus pensiones.
Se calcula que el 20% de los baby boomers se trasladará a otro Estado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.