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Israel aprueba una eutanasia pasiva para pacientes terminales

La vida no se prolongará artificialmente si el enfermo así lo decide

El Parlamento israelí ha aprobado, tras seis años de debates, la ley que permite optar por la eutanasia pasiva a los enfermos terminales. Los mayores de 17 años a quienes los médicos pronostiquen menos de seis meses de vida podrán exigir que no se prolongue su existencia por medios artificiales. Pero la retirada de la alimentación y la eutanasia activa no se permitirán en ningún caso, porque así lo prescribe la ley religiosa.

El proyecto de eutanasia pasiva ha topado en Israel con el rechazo de alguno de los partidos religiosos judíos, que hasta el último momento ha tratado de desnaturalizar la norma. Sin embargo, muchos rabinos ultraortodoxos se han mostrado partidarios de la nueva ley, que entrará en vigor dentro de un año. El ministro de Sanidad, Dan Naveh, aseguró que la tramitación ha sido muy complicada. "Es un gran logro para el paciente y para los familiares", añadió. Veintidós de los 26 diputados presentes en la Cámara votaron a favor.

Cuando la ley entre en vigor las personas mayores de 17 años a quienes los médicos hayan pronosticado menos de seis meses de vida podrán exigir que su existencia no sea mantenida por medios artificiales. La religión ha sido el impedimento: no autoriza dejar de alimentar al paciente ni tampoco la eutanasia activa, es decir acabar con su vida mediante fármacos. Hasta ahora era necesario lograr en cada caso un permiso de los tribunales para desconectar los instrumentos que mantenían con vida al paciente.

Una vez tomada la decisión de aplicar la eutanasia pasiva, el método más empleado en Israel será el utilizado por los fieles judíos para encender y apagar los electrodomésticos durante el Sabbat y demás festividades religiosas, cuando los judíos practicantes tienen prohibido hacerlo manualmente. Se conectará al respirador artificial un reloj que funcionará durante las siguientes 24 horas, y transcurridas 12, se encenderá una luz que permitirá al paciente, o a las personas en las que se ha delegado, seguir adelante o volverse atrás.

Registro de voluntades

No contempla la ley los casos de estado vegetativo, pero sí la creación de un registro en el que cualquier ciudadano, sobre todo los enfermos crónicos y ancianos, pueda dejar constancia de su voluntad de someterse a la eutanasia pasiva o delegar la última decisión en un familiar. Estos documentos, que constarán en una base de datos a la que accederán todos los hospitales, tendrán que ser renovados cada cinco años.

Por otra parte, en Holanda, un país con la eutanasia regulada y donde el Colegio de Médicos ha publicado las nuevas normas para la aplicación de la sedación paliativa a enfermos desahuciados, ha sido condenado un asistente social de 73 años a un año de cárcel por ayudar a morir a una joven de 25 años, informa Isabel Ferrer. Jan Hilarius, fundador de una consultoría sobre el suicidio, mantenía correspondencia con la joven desde 2003, aunque el suicidio ocurrió en 2004. Según los jueces, las intenciones de la fallecida, que padecía una enfermedad mental, no estaban muy claras. El tribunal ha considerado culpable a Hilarius porque le dio la información necesaria para obtener por Internet las sustancias para quitarse la vida.

Al menos 31 personas han aprovechado los servicios prestados por Hilarius para suicidarse. La ley de Eutanasia, vigente en Holanda desde 2001, no contempla los padecimientos psíquicos entre sus supuestos. Tampoco incluye la pérdida de ilusión por la vida o las ganas de desaparecer por culpa de la soledad.

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